Las cofradías de «Abajo» y de «Arriba» no querían dejar a Antequera sin su Virgen de La Paz y la del Socorro, por lo que tras consultas meteorológicas, decidieron adelantar, acortar y sacrificar el «encuentro» que se iba a recuperar en San Sebastián, pero siempre quedará la «despedida» en la «citarilla», que fue el culmen de la procesión conjunta de ambas hermandades en el Viernes Santo de Antequera.
Llovió durante la mañana como estaba previsto y las cofradías y la Agrupación empezaron a contactar intensamente para estudiar medidas alternativas a los horarios e itinerarios previstos. Así, a primera hora de la tarde, la Cofradía de «Abajo» decidió suspender el Desfile de la Armadilla y adelantar su salida a las 17,45 horas, acortando por Lucena, en vez de pasar por Encarnación, Calzada y Diego Ponce.
Mientras que los del Socorro, sí desfilaron, dejando para una posterior reunión la decisión de salir o no. Tras llegar al Portichuelo, optaron por salir, pero acortando el trayecto, sacrificando el paso por Herradores, Arco de los Gigantes y Rastro, y bajando directamente por Caldereros.
Emoción en las salidas de las cofradías
Primero, fueron los de Santo Domingo, quienes tras una oración en su interior, abrieron las puertas del templo, desde donde salió ordenado el cuerpo procesional. Primero, el Niño Perdido, que este año cumple 25 años de volver a salir, por lo que cedieron el «arriba» a Antonio Moreno, su hermano mayor de entonces.
Tras Él, el Dulce Nombre de Jesús, el Cristo de la Buena Muerte (cuyo hermano mayor dedicó el «arriba» al recordado Paco Calvo) y el palio de la Virgen de la Paz fue el último en salir, entre vítores y emoción de los presentes.
Mientras, en Jesús, el hermano mayor Antonio Cabello comunicó a los cofrades que iban a procesionar, pero que gastaran cuidado, abriéndose las puertas del templo y aligerando la salida.
Primero fue el Nazareno, para seguirle la Cruz de Jerusalén (en cuyo «arriba» el hermano mayor cedió el privilegio a un antiguo hermanaco, cuya mujer falleció y es además madre de hermanacos) y para terminar, la Virgen del Socorro, ante la expectación de una abarrotada plazuela.
Juntos por San Sebastián y bajando por Lucena
Fueron muy unidas ambas cofradías, 30 minutos entre el paso de cada cruz guía, a las 19,15 lo hacía la de La Paz por Madre de Dios y a las 19,45, la del Socorro por el mismo sitio.
Abría la procesión de los de «Abajo», su cruz guía, seguida de la Banda de Cornetas y Tambores «Flor Entre Espinas» de Loja, y un guión presidencial con las enseñas de las hermandades del Rosario y de La Paz, con directivos de ambas cofradías y una representación de la Infantería de Marina-Tercio de Armada, aunque este año no vino ningún escuadrón y banda.
Niños de monaguillo y hermanacos pequeños y el Niño Perdido, tras el que iban penitentes y el trono del Dulce Nombre de Jesús, que tras sus pasos formaba la Banda de Cornetas y Tambores «María Santísima del Amor y Paz» de Montoro, más penitentes y el trono del Cristo de la Buena Muerte y de La Paz.
Y para terminar con el cortejo, más penitentes, acólitos con dalmática y el palio de la Virgen de la Paz Coronada, dirigido por el también hermano mayor de la Cofradía, Ernesto González Ruiz.
Devotos alumbrando y la Banda Municipal de Música de Casabermeja. Este año, la Virgen lució su saya y vestido de tisú de plata, junto a su manto de terciopelo azul bordado y su típica corona.
Seguían los Regulares de Melilla que abrían el paso de la Cofradía del Socorro, con los maceros y la bandera de la Cofradía, el guión presidencial con la teniente de alcalde Belén Jiménez representando al Alcalde.
Niños de armadilla y la Cruz de Jerusalén, penitentes y el trono del Nazareno, que meció siempre que pudo al son de la Banda del Santísimo Cristo de la Verónica de Antequera. Y para concluir con el amplio tramo de penitentes ante el paso del trono de palio de la Virgen del Socorro, acompañada por un gran grupo de devotos alumbrándole (la imagen mariana con más gente tras su trono).
Y cerraba la Banda Villa de Otura de Granada, a la que como el resto de bandas, la amenaza de lluvia y la rapidez del recorrido le impidió lucir su calidad musical como suele hacer con un tiempo normal.
Paso por calle Cantareros, vuelta en San Luis, paso rápido por los Remedios y el Ayuntamiento para llegar La Paz a San Agustín a las 21 horas, decidiendo con el Socorro que no habría encuentro, ya que Protección Civil alertaba que de 23 a 24 horas podría llover.
Así que en cuando fueron llegando los tronos de Abajo, se colocaron para empezar las vegas, siendo el primero el del Niño Perdido pasadas las 21,30 horas, tras el que subieron el Dulce Nombre de Jesús, el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de La Paz.
«Vegas» sin incidentes graves, alguna caída, entre ella de un directivo de la Cofradía de «Abajo», ayudado un voluntario de Protección Civil. Y a las 22,10 horas comenzaron a subir los del Socorro, con «encuentro-despedida» en la «citarilla» donde aguardaba la Virgen de La Paz.
Impresionante el recibimiento de los de La Paz con la Banda de Casabermeja cantando y tocando unas marcha en el momento cumbre en la «citarilla» entre la Virgen de la Paz y la del Socorro.
Llegaron los tres tronos de la Cofradía del Socorro a su templo, estando dentro antes de las 23 horas. Concluía la procesión conjunta de las cofradías de «Abajo» y «Arriba» donde la amenaza de lluvia obligó a adelantar horarios, acortar recorridos y suspender el «encuentro» que este año se iba a recuperar… pero siempre nos quedará la «despedida» en la «citarilla» a falta de pensar en el Viernes Santo de 2019.