La Hermandad del Cristo de la Salud y de las Aguas, Patrón de Antequera, decidió que el trono procesional de su Cristo recobrase su composición original en su salida procesional con la ráfaga primitiva que poseyó durante numerosos años. Dicha pieza ha sido confiada al Platero de la localidad José Cantos. Desde la Cofradía consideran que la mejor época para que el Señor vuelva a lucir por las calles de Antequera los rayos que lo rodeaban en sus inicios procesionales es este año coincidiendo con su 350 aniversario. En esta iniciativa han colaborado numerosos devotos y fieles del Patrón para el disfrute de toda la localidad.
Encarando calle Nueva nos recibe José Cantos en su taller, acompañado por el hermano mayor de la Hermandad del Cristo de la Salud y de las Aguas, Tomás Olmedo, por su mayordomo, Gabriel Robledo y por Baldomero Casado, Teniente hermano mayor, allí, nos explica los entresijos de un trabajo fruto de una exhaustiva investigación y documentación basada en tiempos pasados.
“Es una idea que parte de la Hermandad y que llevamos barajando desde hace muchos años y la verdad que coincidiendo con el 350 aniversario era el mejor momento para recuperar la ráfaga que el Señor poseía a su alrededor en los orígenes”, nos cuenta su Hermano Mayor.
La fecha hasta la que el Cristo tuvo la ráfaga no es conocida con exactitud pero Tomás recuerda que “quizá hasta los años 40 o 50 estuvieron”. No obstante, una moda de la época hizo colocar en los bordes de la ráfaga bombillas a modo de alumbrado por lo que el Señor procesionaba con un cableado y una batería tras él. “Cuando pasó la moda de las luces había tantos agujeros hechos que era imposible de restaurar por lo que se eliminaría y hasta hoy ha quedado sin ellos”.
Así, el elegido por la Hermandad para desempeñar este laborioso trabajo ha sido el platero local después de presentar propuestas a varios orfebres: “Por nuestra condición de Hermandad tenemos que ser imparciales. Contactamos con tres empresas y dos de ellas antequeranas. Una dijo que no era capaz de acometer el trabajo. Finalmente hablamos con Pepe, vimos el interés que tenía en hacer este trabajo y creo que al final todo conjugó para que un antequerano lo hiciese. Estaba claro que con el cariño que una persona de Antequera iba hacer esto, no lo iba a hacer nadie de fuera”.
Entre tanto, los materiales utilizados para la ráfaga han sido “alpaca, metal y lleva un tratamiento electrolítico de plata y un barniz protector para que no tengan que estar constantemente limpiándolo, ya que eso puede deteriorar la pieza con el paso de los años y de esa forma no hace falta hacerle nada”.
Así, las medidas finales que ocupa la ráfaga terminada son: Un metro 57 centímetros de alto y un metro 25 centímetros de ancho. En cuanto al peso, es de aproximadamente 9 kilos: ”Realmente no es demasiado peso para la envergadura que la pieza tiene, lo que más pesa es la estructura ya que debe tener una firmeza y grosor importante porque lleva muchas piezas atornilladas”.
Con todo ello, el Cristo de la Salud y de las Aguas, el Rey de la iglesia de San Juan, el Patrón de Antequera, volvió a procesionar por las calles de su localidad como lo hizo hasta mediados del siglo XX: “La idea es recuperarlo en su esencia y como tal que lleve siempre la ráfaga. No quiere decir que algún año, por cambios en la Junta de Gobierno, se saque sin ellos. Es una cosa que ha sido pagada por y para todos los fieles”.
Antequera y su Patrón se vistieron de gala con gran devoción.