Son muchos los que se han visto en esta pasada feria. De todos ellos la concentración de las casetas en torno al Parque, ocupa un lugar destacado digno de mención. Hacía años que no se veía tanta aglomeración de público entregado a la diversión y el disfrute.
Han sido unos días completos, donde la atracción principal ha venido de la mano de un público con ganas de participar y dejar de lado la rutina para sumergirse en el mundo de la fantasía y el bullicio. Así comenzaron estos días con un pregón vivo, revoltoso y jaranero de Miguel Herrera entregado a la pasión por pregonar a su Antequera. Aunque era previsible, conociendo al pregonero, el entusiasmo y el fervor por cada una de sus recordadas vivencias nos hizo despertar la admiración, arrancar el aplauso y rodearlo de calor humano lleno de nobles sentimientos y los mejores deseos para un disfrutón que vivió desde el primer día que le fue comunicado su elección como si estuviera en el escenario.
Gozó como un niño que recibe la visita de los Reyes Magos, al principio en tensión y con aturdimiento, después feliz en toda la extensión de la palabra. Habrá muchos pregoneros agradecidos a su ciudad y autoridades por pregonar sus fiestas. Miguel estará eternamente agradecido. Muchas veces nos preguntamos por las cualidades que debe reunir quienes nos representan, y si bien es cierto que la formación, verborrea, saber vocalizar y hablar en público es garantía de éxito.
También es cierto que la pasión es uno de los ingredientes fundamentales para aderezar la vida. Y otra cosa importante que quizá contribuyera al éxito fue el tiempo dedicado. Acudir a un pregón festivo se va con disposición alegre, divertida y la contención de muchas horas de protocolo y disposiciones por las que rige el acto, a veces se hace cansado y monótono, teniendo en cuenta además, no me cansaré de decirlo, demasiadas sillas las reservadas. Personalmente no veo tanta autoridad en Antequera para que se atienda con privilegio.
El resto de los mortales a las ocho de la tarde haciendo cola para poder entrar. Y siempre mi enhorabuena por los que se desviven por hacer una feria como la pasada y sobre todo por tantos que trabajan en las trastiendas que no se ven y sin ellos no podría lucir en su esplendor.
