Hemos estado viviendo un verano de ensoñación, disfrutando una feria que ha superado con creces anteriores ediciones, viendo cómo nuestra ciudad va creciendo poco a poco en visitas turísticas, contemplado el espectáculo de luz y sonido que ha revestido a nuestros edificios con más solera y arte y llenado las terrazas hasta la bandera, como suele aplicarse en el argot taurino. Toca ahora adormecer los comentarios de los días festivos y también, lo que pudo y no llegó a ser. El traje de antequerana cuesta implantarlo en la sociedad actual, donde las tradiciones han de ser una constante si se quieren mantener vivas. Es costoso y su utilidad, apenas dos o tres días al año. Además, me atrevería a decir, que para actos oficiales es muy lucido, no se ve de igual manera para pasear por la feria. Y siempre que haya gente dispuesta, es bueno tratar de conservar y mejorar todos los elementos típicos por los que una ciudad está mejor acompañada.
La vuelta a la normalidad no va a ser distinta al resto de España, no tardaremos en conocer el aumento del paro. Las dificultades de algunas familias por no poder equipar a sus hijos para la vuelta al colegio. La necesidad de nuestros políticos que les queda un trabajo arduo y que se manifiesta de forma evidente. Rostros serios y desganados, cuando tenían que estar dinámicos, solícitos y entregados a la ciudadanía. Hay quien lo hace y la gente lo percibe, como también es muy notorio, demasiado, la rigidez con la que se acude a los actos y la foto continua y obligada. Parece que la desaceleración se está instalado y que empiezan a soplar vientos en contra que resienten la labor pública.
Es posible que algunas de las expectativas con las que contaban para ilusionar a la población se estén yendo al garete, y se manoseen logros que nunca se llevan a cabo, pero siempre nombrados como hechos conseguidos. Las elecciones les pisan los talones. Deseando que la empresa Virgin y Adif lleguen a un acuerdo para la instalación del centro de pruebas y se dejen caer algunos puestos de trabajo que tanta falta hacen. 420 personas optan a tres plazas de administrativo, es evidente que el tema laboral es una asignatura pendiente que será casi imposible aprobar.