Durante esta semana, el Dolmen de Menga de Antequera ha vivido intensamente el solsticio de verano, en el que los primeros rayos de sol han entrado sin obstáculo alguno al templo prehistórico, como realizara hasta 1886, año en el que se le colocaron las rejas que se quitaron el pasado 8 de octubre de 2018.
Por ello, este año 2019 el inicio del verano ha tenido una imagen esperada: contemplar el solsticio plenamente, sin la barrera de las rejas que obstaculizaban la panorámica desde su interior.
Éxito de las visitas guiadas los días jueves 20, viernes 21 y sábado 22 de junio, a los que se sumaron las actividades de este domingo 23, de 11 a 13 horas, con la observación solar a través de telescopios dirigida por la Sociedad Malagueña de Astronomía.
Antes, el sábado 22, Ignacio Béjar ofreció por la noche, un taller de armonización en el Conjunto Arqueológico de Los Dólmenes de Antequera con la música sufí, heredera de las tradiciones sagradas del Mediterráneo.
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La eliminación de la verja que se colocó en 1866
El Dolmen de Menga y todo el conjunto prehistórico está siendo transformado continuamente, pero con armonía y sentido común desde el informe de la UNESCO para ser Patrimonio Mundial. Así, el 8 de octubre de 2018, se eliminó por completo la reja que se colocó 132 años antes, en 1866.
Aunque se hizo para protegerla, estaba fuera de lugar, pero no se pudo eliminar hasta que no se instaló un sistema de vigilancia mediantes personal y cámaras de grabación, por lo que llegó octubre de 2018 y se pudo hacer.
Por esto, este solsticio ha sido importante porque es el primero, después de 132 años, quee se ha podido observar sin las rejas. El director del conjunto arqueológico, Bartolomé Ruiz, ya destacó entonces que «lo percibimos como verdadera muestra de la Valorización de este Sitio», tras pasar el uso que se le dio a hace 132 años, en 1886, coincidiendo con su declaración como Monumento Nacional por el Rey Alfonso XII.