¡Cómo tiene que estar el Cielo de personas que disfrutan de la nueva vida de la Resurrección, que el Señor avisó esta semana a doña Magdalena Suárez Lozano para que se encargara de adornar los campos de paz y descanso! Magdalena, con su marido Antonio Romero Fernández, promovieron “La Gardenia”, referente de las flores en la comarca, que hoy siguen sus hijos.Tras años padeciendo con entereza su enfermedad, este lunes 2 de marzo a los 88 años, fallecía rodeada de su marido y sus hijos, lo que causó una gran conmoción en la ciudad al ser una familia muy querida y conocida. Aquí deja a su esposo, Antonio Romero Fernández, quien tras emigrar, primero ayudó a su mujer a montar “La Gardenia” y a la vez llevó “Foto Romero”.
¡Cuántas casas guardan sus retratos de feria, Navidad o bodas!Y a sus hijos: Natividad, Pilar, Antonio Miguel, Francisco Javier y María Magdalena; además de sus nietos, bisnieto, hermana, sobrinos, amigos y demás familia. Tanto el velatorio como su despedida en su Parroquia de Santiago, demostró lo que la gente la quería.Primero, en calle Cantareros, luego en calle Belén, siempre estaba atenta junto a su marido e hijos para buscar la mejor flor, la apropiada planta para alegrar a una persona, premiarla y acompañarla en su momento más delicado.Una señora que durante toda su vida estuvo al servicio de los demás, con su inolvidable sonrisa y bondad de las mujeres de los años de la guerra, con su iniciativa en los adornos florales. Su saber estar cuando quería quedarse atrás y ver cómo su marido fomentaba el invernadero o sus hijos seguían sus pasos del adorno floral con las nuevas técnicas.
Antequera despide a una gran mujer, esposa admirable, madre ejemplar y feliz abuela y bisabuela, que con su sonrisa, siempre dejaba reflejado su corazón de bondad, de una vida cargada de trabajo, donde lo dio todo por su familia, por su día a día, por su trabajo, por la Gardenia, por las personas que se llegaban a Belén para buscar esa flor que anhelaban.Desde el lunes, la Virgen, el Señor, los santos, las personas que viven ya en la nueva vida, tienen a una nueva persona que sabrá escoger el tipo de flor, el color apropiado para mirar de soslayo a la tierra y ver a los seres queridos a los que nos siguen protegiendo como si fueran nuestros particulares ángeles de la guarda. ¡Descansa en paz, cuida de los que dejas en Antequera y da recuerdos a los que te reciben en el Cielo!