En el Día Mundial de la Libertad de Prensa ocurre como en el resto de días que celebramos durante el año: ¡no hace falta que sea en este caso, 3 de mayo, para reclamar una necesidad, un derecho fundamental, un resultado de una profesión como es la de los periodistas en un mundo libre, algo cada vez más complicado!
Desde que empezó el estado de alerta sanitaria, no paramos de contemplar imágenes de periodistas, fotógrafos, reporteros que con mascarilla, guantes y sus herramientas: móvil, micrófono, cámara, bloc, bolígrafo y, la esencial vocación, salen a la calle para tomar el pulso al coronavirus.
El Periodismo, como el resto de profesiones, tienen sus lados positivos y negativos, todos mejorables y centrados en las críticas. Ya no son solo las diferentes visiones del compañero, el hermano, la cuñada… si no de todo vecino, empresas y del poder.
No queremos entrar en esa polémica, porque bastante está ya las redes sociales. Pero sí queremos destacar la vocación que aflora en las redacciones improvisadas en los pisos, convertidas en unidades móviles de periódicos, radios o televisiones.
Trabajamos más que antes, cobraremos menos que nunca, pero cuando la vocación te lleva es como la del médico, la enfermera, el bombero, la policía, el quiosquero, cualquier persona que sigue en primera fila por el bien común.
Esta pandemia hace visible la mascarilla entre los periodistas, pero esta imagen no es nueva: ¡llevamos años con mascarillas al intentar evitar los «soplos» interesados, la saturación de notas de prensa, las convocatorias que se creen noticia, y estamos olvidando el Periodismo de calle!
Al final, somos los que decidimos qué hacer ante esos otros males del «aire» que respiramos. Cada vez hay menos primicias y exclusivas, porque hoy surgen por interés, más que por el trabajo del profesional, aunque aún quedan y muchas.
En una época donde cualquier administración pública trata de acaparar la verdad, evitando que puedas acceder a la información (desde pedir el dato de casos positivos en tu ciudad a entrevistar sin censura a un profesional sanitario) hasta lanzar desde sus plataformas los datos más relevantes, toca ahora más que nunca, ¡salir a la calle!
La Asociación de la Prensa de Málaga (APM) y la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE)
Es como dice la presidenta de la Asociación de la Prensa de Málaga, Elena Blanco: «La crisis sanitaria provocada a raíz del brote Covid-19 ha demostrado la importancia de la función social de los medios de comunicación y ha disparado su consumo».
En esta crisis sanitaria el Periodismo «se ha hecho más necesario que nunca para dar una respuesta adecuada a la demanda de la ciudadanía, que exige una información veraz y rigurosa sobre los efectos de la pandemia».
A las autoridades políticas les recuerda que «la información, en Democracia, pertenece a los ciudadanos y que el derecho a la información debe prevalecer sobre cualquier situación, mas allá de su gravedad. Los medios de comunicación tienen la responsabilidad de informar sobre lo que sucede, de manera rigurosa sí, pero en libertad. Cualquier intento de coartar la libertad de expresión como excusa para frenar otros problemas no tiene sentido en la sociedad».
Por otro lado, la Federación de las Asociaciones de la Prensa de España, «insta a las gobiernos y a los partidos políticos a poner fin a las obstrucciones y presiones que sufre la libertad de prensa y a comprometerse, por el contrario, en la defensa y protección del periodismo, en un momento en que la pandemia del coronavirus coloca la función de los periodistas como un bien público esencial para garantizar el derecho de los ciudadanos a la información veraz que reclama nuestra Constitución».
La FAPE denuncia «en el último año un preocupante incremento de las restricciones al libre ejercicio del periodismo, concretadas en vetos a medios y reporteros, ruedas de prensa sin derecho a preguntas o con éstas limitadas y seleccionadas previamente, prohibición de cubrir actos de interés general, amenazas de cierres de medios públicos y privados, ataques a periodistas e intentos judiciales de vulnerar el derecho al secreto profesional».
Ante la incertidumbre y el miedo a lo desconocido que ha provocado el coronavirus, «necesitamos más libertad de prensa que nunca. Los gobernantes deben responder con la máxima transparencia a la hora de informar de lo que está pasando y de rendir cuentas de sus decisiones. Los periodistas debemos reforzar el primer y más importante compromiso de nuestro oficio: la búsqueda de la verdad, con independencia, rigor, honestidad y lealtad a los ciudadanos».
La libertad de prensa, sigue la Federación, «también viene sufriendo en los últimos tiempos la ofensiva de la desinformación y de los bulos, incrementados con motivo de la pandemia hasta unos niveles nunca vistos. Los promotores de la desinformación y los que participan en esta estrategia persiguen aumentar el miedo y la incertidumbre para minar nuestro sistema democrático».
La “ley mordaza” sigue en vigor sin que los partidos hayan logrado ponerse de acuerdo para su derogación, en una muestra del escaso interés que tienen en reforzar el libre ejercicio del periodismo.
En esta efemérides anual, «la FAPE se une al dolor de las familias de los periodistas que han perdido la vida a causa del coronavirus y respalda el esfuerzo de los reporteros que en estas duras semanas siguen arriesgando su salud para garantizar el derecho de información de los ciudadanos. Sin periodistas no hay periodismo y sin periodismo, no hay democracia».
Que salge el sol en forma de Periodismo
Desde Antequera, donde sale el sol, también en forma de periódico desde 1918, pedimos respeto para el ejercicio de nuestra profesión, ofrecemos el compromiso de contrastar y buscar todo tipo de noticias, intentando que el lector y la verdad sean los bienes perseguidos.
Las mascarillas del coronavirus pasarán, como las no utilizadas en la gripe española entre 1918 y 1920, pero seguirán siendo necesarias para sobrevivir en un mundo donde cada vez hay más intoxicaciones informativas. Para evitar este contagio, la mejor medicina y mascarilla es la del Periodismo, con sus aciertos y errores.
Siempre reconociendo que estamos sometidos a la elección de nuestros lectores, sumergidos en un mundo de estadísticas, a test de todo tipo (retuiteos, halagos, difusiones, vetos…), casos para ponerlos en la UCI de cara a recuperar la normalidad del día a día, de la libertad, y nada más, pero nada menos.
Confiados que que siempre saldrá el Sol en forma de Periodismo, para todo el mundo, desde el corazón de Andalucía, el primer rincón Patrimonio Mundial de la provincia de Málaga, donde está su Decano, el tercer periódico que continúa en forma de papel en nuestra comunidad autónoma y lo que le queda…
¡Soy periodista, nací con esta vocación, seguiré en esta maratón de vida que he elegido vivir y lo importante no será llegar el primero, sino que los lectores encuentren una forma diferente de analizar la realidad! Mientras, vayan a los quioscos, compren nuestro papel y fomenten las suscripciones para recibir el periódico en casa.