El director del Museo Internacional de Arte Belenista de Mollina (Málaga), Antonio Bernal González, ha sido galardonado con el Premio Andalucía de Belenismo 2020, concedido por la Federación Andaluza de Belenistas en su tercera edición. Con ello, se ha querido reconocer su trabajo en la dirección y coordinación de numerosos trabajos, montajes y exposiciones; su labor en la difusión del arte belenista, y su aportación y esfuerzo para hacer realidad este espacio cultural.
Natural de Arcos de la Frontera (Cádiz), Bernal es, además patrono de honor de la Fundación Díaz Caballero, promotora del museo, secretario de la Asociación de Belenistas La Adoración de su localidad natal. De hecho, es considerado el “alma” de esta entidad, y no sólo por ser uno de sus miembros más activos, sino también por su constante colaboración, cediendo incluso el garaje de su domicilio para la realización de belenes, dioramas y demás montajes.
Esta asociación también destaca de este artista belenista “su perfección en los dioramas”, que le ha valido también numerosos premios en concursos tan prestigiosos como el Certamen Nacional de Dioramas de Navidad de Vélez-Rubio (Almería). Asimismo, en 2017, le hizo merecedor del Trofeo Federación Española de Belenismo. Fueron sus propios compañeros los que le propusieron para dicho reconocimiento, y esta vez ha sido el maestro belenista Vicente Rodríguez, presidente de la Asociación de Belenistas Portuense, del Puerto de Santa María (Cádiz) y vicepresidente de la federación andaluza. Además de la promoción de este mundo y del buen hacer del director del Museo Internacional de Arte Belenista, mucho ha tenido que ver con la propuesta el trabajo, codo con codo, de ambos durante el proceso de construcción de dos de los grandes montajes que hay en este espacio cultural de Mollina: Rodríguez, al frente del Belén Popular de Andalucía, y Bernal, con el belén conocido como “La Cueva”.
Bernal asegura estar “muy contento y muy agradecido” con este galardón, que premia a personas o instituciones que trabajan con especial ímpetu o que apoyan de manera destacada el belenismo. Aunque también reconoce no estar muy seguro de por qué se lo daban: “Cuando me lo dijeron pensaba que no me lo merecía. Todo lo que he hecho era porque me apetecía. La compensación va en el día. Esto no se hace porque tú vayas a tener un reconocimiento, sino porque tú realmente lo vivas”. Aun así, afirma también estar muy satisfecho por esta distinción, fundamentada especialmente por su labor de difusión del arte belenista y su trabajo y esfuerzo para poner en marcha este museo único en el mundo, con más de 70 belenes y dioramas y unas 2.000 figuras.