Personajes de distintas historias y lugares se dieron cita en el Centro Cultural Santa Clara, para crear en la mañana del sábado 10 de octubre, una pequeña historia que revitalizó un espacio restaurado por y para la Cultura, pero quizá olvidado, como esos viejos libros que en las estanterías acumulan polvo esperando el momento en el que nosotros, ávidos de lectura, los tomamos entre las manos.
La historia creada por estos personajes tiene varios capítulos, girando la trama de la misma en la entrega de premios del VIII Certamen Literario María Carreira, que uniendo y entrelazando momentos, dieron lugar a un título sobresaliente.
Esta pequeña historia que me permito contarles surge de la Asociación Cultural Alas de Papel, que queriendo mantener viva la memoria de una de sus miembros, decidió impulsar este certamen literario dándole su nombre, y cumpliendo este año, ocho años desde su primera convocatoria.
Desde entonces, Hotel Antequera y Museo de Arte Diputación de Málaga han acogido este acto de entrega, que en 2020 ha variado realizándose en el Centro Cultural Santa Clara, contando con ello, con la colaboración en su organización del Área de Cultura del Ayuntamiento. Así, dicha puesta de largo para dar a conocer los ganadores y premios, ha logrado tener el empaque y relevancia necesarias que esta cita cultural precisaba. Como señaló el presidente de Alas de Papel, Salvador Rivas, no podemos dejar la Cultura al cien por cien en manos públicas, sino que deben asociaciones y colectivos, unirse y llevar la misma a todos los ciudadanos.
Ellos lo hacen durante todo el año a través de la divulgación de autores y otras citas que en más de una ocasión les hemos desgranado en estas páginas. Pero quizá, esta es la más amplia, puesto que el concurso abarca todo el territorio andaluz, habiendo llegado este año a los 200 relatos presentados a concurso.Una ardua tarea la del jurado de elegir a los tres mejores en las tres categorías establecidas, Premio Andalucía, Premio Antequera y Premio Talento Joven, con un galardón de 500 euros para cada uno de los dos primeros y una tableta valorada en 200 euros, para el microrrelato.
Las circunstancias de este año, han hecho que la historia de este concurso se transformase, como ese protagonista al que los azares del destino les hace cambiar el rumbo de su vida. De entregar los premios en junio, lo han tenido que retrasar a octubre y con muchas medidas de seguridad y distancia. Además, dieron a conocer a los ganadores antes del acto, para contar así con asistencia al aforo controlada.
El Premio Andalucía fue para Juan Antonio Arias, de Nerva, Huelva, por “Obituario de 2015”; al no poder asistir para cumplir con las restricciones establecidas, envió un vídeo donde habló de cómo surgió su historia.
Javier Santos sí recogió su galardón por “No eran molinos sino gigantes”, donde en su agradecimiento señaló que en la historia pudo unir sus dos pasiones, la Ciencia y las Letras y animó a los presentes a rescatar asignaturas olvidadas, pero que tanto unen esas dos pasiones.
Por su parte, la más joven de los tres, Ana Pérez dio las gracias por este premio y leyó su microrrelato “Ignífugo”, aplaudido por todos los presentes.
Otros capítulos del día vivido
Si la entrega de estos galardones era la mejor excusa para este punto de unión para disfrutar de la Cultura, no lo fue menos la presentación del nuevo libro de los miembros de Alas de Papel, ‘Hotel Barbacanas’.
Los personajes que alentan los ocho relatos que copan este título, fueron apareciendo en escena gracias a las interpretaciones de Olga Montemayor y Jordi Aguilera, quienes pusieron voz, sentimiento y vida a aquellos que recorren las páginas del libro.
Así fueron apareciendo los protagonistas de ‘Tempora’ de Mercedes Suárez; ‘Vistas panorámicas’ de Salvador Rivas; ‘Entre caminos’ de Ana Monteza; ‘Epifanía’ de Marisa López; ‘Liturgia de las horas’ de Francisco Javier Chamizo Muñoz; ‘Tierra adentro’ de Fanny Beaudoin; ‘La reserva está hecha’ de Araceli Ruiz Artacho y ‘Vidas impostadas’ de Rafael Ruiz.
‘Hotel Barbacanas’ –con portada realizada con una composición a partir del fragmento de un dibujo de Jesús Romero, cedido para la ocasión y que apareció originalmente en “La Antequera de Washington Irving” de Antonio Parejo– nos muestra ocho historias de género libre, de épocas diversas que presentan un punto en común, un hotel que pervive con el paso de los años y que sirve de punto de conexión de los protagonistas y una ciudad que si bien, nunca aparece su nombre, se puede intuir cuál es por la descripción de sus rincones y ambientes.
Hechos ficticios, pero con una realidad que no se escapa a la que bien pudieron vivir estas historias creadas por los autores, que además, han contado con la colaboración de otros miembros de Alas de Papel para la creación final y total del libro. Montemayor y Aguilera permitieron que aquellos que encarnaban con sus lecturas dramatizadas no llegaran de forma abrupta, si no que lo hicieron despacio, dando ritmo y serenidad a un acto que no fue excesivo y que contó con muy buena organización, tanto en seguridad como en su desarrollo.