La de Alberto López Sánchez es una historia de constancia y disciplina. Su gusto por el estudio y su vocación por ser matrona, le han llevado a conseguir el número uno en la Convocatoria EIR (Enfermero Interno Residente); lo que le permitirá elegir la plaza que él quiera.
Entre más de 6.300 aspirantes de todo el país, este antequerano formado en la Universidad de Málaga ha logrado la primera posición. Consigue así un sueño que iniciaba “en segundo de Bachillerato, cuando me decanté por la Obstetricia”. Sus excelentes calificaciones en el Instituto Pedro Espinosa, como anteriormente en el Colegio Romero Robledo, ya presagiaban que le aguardaba un futuro profesional muy prometedor. La Escuela de Enfermería ya le reconoció el pasado curso por tener el mejor expediente de su promoción, y era premiado con cuatro años gratuitos de colegiación.
“Siempre he sacado buenas notas, porque siempre he tenido la inquietud de formarme y aprender lo máximo posible”, relata Alberto, quien reconoce que “en la carrera he intentado adquirir los mayores conocimientos posibles para poder cuidar de las personas”.
Aunque al ir descubriendo durante los años universitarios diferentes especialidades, finalmente se ha impuesto su vocación. “Lo de ser matrona fue mucho antes que ser enfermero”, se sincera, aunque reconoce que “la segunda opción habría sido la UCI”.
Nunca se había planteado sacar la primera plaza
El ser el número uno de la prueba EIR “era una posibilidad que ni siquiera me había planteado, era algo muy utópico. Simplemente he estado centrado en estudiar día a día, a pesar de que la convocatoria se retrasó en varias ocasiones y el proceso se demoró por la pandemia más de la cuenta”.
Cuando recibió las calificaciones “quedé muy impactado, porque no me lo esperaba y me vino a la mente todo el esfuerzo realizado durante tantos meses”. Esa alegría es compartida por toda su familia “que está muy orgullosa porque han vivido la preparación desde el principio hasta el final, con todos los altibajos que también he tenido”.
Su compañera de viaje en esta aventura es otra antequerana, María Palomo Jiménez, “que lleva siendo una gran compañera desde los doce años, primero en el Pedro Espinosa, y después en la Universidad y en la academia que hemos preparado el examen”. Su puesto 272 también le permitirá coger plaza en Pediatría, como desea. “Para mí es otra gran alegría, porque sé todo el esfuerzo que ha realizado y se lo merece”.
Los 98,559 puntos de resultado en el examen, y un global de 108,4870, le han permitido a este antequerano de 22 años decidir que la residencia la realizará en el servicio de Ginecología del Hospital Materno Infantil de Málaga, a pesar de que podía escoger cualquier plaza de cualquier hospital de toda España. “Ha sido un poco mezcla de todo, la cercanía ha sido importante, y sobre todo porque es un hospital de tercer nivel donde se ve mucha patología y se puede aprender bastante”, indica para señalar que “creo que es el lugar idóneo para mí”.
“Debe ser muy bonito el acompañar a la mujer en ese momento tan importante para su vida como es dar a luz”, indica con ganas de incorporarse a su puesto. “Estar allí, para mí, es muy emocionante; me gustaría ayudar a que la mujer se sienta respetada y escuchada”.
