Eran, son un matrimonio ejemplar, dignos de recordar y tomarse como referencia para toda familia. Tras la defunción de su esposa, doña María Luisa Recio Campos, Miguel se había quedado sin su referente de toda la vida. Sus hijos y nietos eran su consuelo, pero el pasado sábado 15 de mayo a los 97 años, fallecía don Miguel Manzano Alés.
Desde su familia nos mandan: “¡Descanso merecido¡ Tras 97 años, 11 meses y 8 días nos deja Miguel Manzano Alés. ¡Padre de los Manzanos¡ Su vida, pura energía: 9 hijos y una numerosa descendencia entre nietos y bisnietos. Su objetivo fue, junto a su esposa María Luisa Recio Campos, inculcar el Amor a Dios y el Amor a la Familia. Por amor a sus hijos, mantuvo estrecha relación con las Órdenes Religiosas de Carmelitas, Salesianos y Recoletas. Por su amor a Dios, una estrecha colaboración con La Orden de los Trinitarios. Su último deseo, estar junto a su amada esposa y su hijo Miguel, y por fin lo ha conseguido.
Ahora, junto a ellos, velarán por la continuidad de la unión familiar del resto de su gran familia. ¡Descanse en Paz!”.
Tanto amor dejó que también comparten para dejar escrito en esta necrológica: “Es más que evidente que mayo es el mes de las “Cruces”. Ya estás en tu Paraíso, querido Miguel Manzano Alés y acabo de ver a tu amada esposa: María Luisa Recio Campos, ¡cómo te recibía¡ Con esa belleza tan única suya y sus brazos tan abiertos, hasta que la has alcanzado. Ella te ha estrechado, diciendo: “Ya de nuevo juntos para la eternidad”. Después han desplegado un sinfín de besos con forma de corazones para todos sus hijos, nietos y bisnietos. Y un mensaje: “Tenéis nuestro ejemplo de vida que siempre os acompañará”.
Sin duda, una familia numerosa que tiene en sus hijos y nietos a nuevas generaciones de Manzano-Recio en nuestra ciudad. Todos muy conocidos y queridos, desempeñando tareas en diferentes parcelas de nuestro día a día: desde sus materias profesionales, hasta las devocionales y familiares.
Con don Miguel se nos van dos referentes de la Antequera de mediados del siglo XX, quienes dieron a sus hijos todo lo que tenían para que siguieran ellos sus pasos. Un matrimonio muy peculiar, muy entrañable, que era todo amor y han dejado huella.