La iglesia conventual de Santa Eufemia acogió el concierto “Música bajo la luz de las candelas” por parte de los hermanos Garrido Madrona, dentro de las Fiestas Patronales, siendo emitido en diferido el domingo 12 de septiembre por el canal de YouTube de este periódico.
Tras ser noticia por sus éxitos de estudios y premios, tenían su primer oportunidad de actuar juntos, en un concierto extraordinario. La brillante voz soprano de Elena, acompañada por las notas de Alberto, enlazaron un concierto espectacular.
Elena Garrido Madrona es una joven soprano antequerana, titulada superior de Piano por el Conservatorio Superior de Música de Málaga y de Canto por el Real Conservatorio de Escocia, con premios en Málaga, Madrid, y Glasgow, así como becas como la de Juventudes Musicales de Madrid de la mano de la Reina Doña Sofía.
Acaba de debutar profesionalmente con la Ópera de Escocia en la producción “El elixir de amor”. Está finalizando el Máster de Ópera en el Conservatorio de Escocia, y es ya una de las voces referentes nacidas en nuestra ciudad.
Por su parte, Alberto Garrido Madrona realiza sus estudios en el Conservatorio Superior de Castilla y León (Salamanca) bajo la tutela del pianista y pedagogo Eduardo Ponce, obteniendo consecutivamente matrícula de honor en piano. Recibe mención honorífica en el premio extraordinario fin de carrera y continua sus estudios en Alemania, en la Musikhochschule de Karlsruhe, con el maestro Kalle Randalu.
Tras haber trabajado en la Escuela Municipal de Música de Antequera (EMMA) y en el Ateneo de Música y Danza de Málaga, actualmente se encuentra opositando para el cuerpo de profesores de ser profesor de piano.
Como promoviera Ángel Guerrero con el primer concierto de Santa Eufemia tras su reorganización entre 1987 y 1988, la Hermandad sigue apostando por valores de casa, como fue este año Elena y Alberto, que como el año pasado (con Juan Pavón y Rosa Miranda), se tuvo que realizar a puerta cerrada por las medidas de la pandemia.
El concierto de los hermanos Garrido Madrona
Así, comenzaron en el remozado patio conventual ante el cuadro patronal pintado por Jesús Romero. Tras palabras de bienvenida del hermano mayor, quien recorrió su vida educativa entre el Romero Robledo y el Pedro Espinosa, interpretaron “Intorno all’idol mio”, aria de la ópera Orontea de A. Cesti; canciones de Toldrà: “Madre unos ojuelos vi”, “Nadie puede ser dichoso” y “Después que te conocí”.
Turno para Alberto en solitario con la Sonata K. 87 en Si menor de Scarlatti y de nuevo junto a Elena “Quel guardo el cavaliere”, aria de la ópera Don Pasquale de G. Donizetti, que hizo vibrar el escenario del concierto con un timbre de voz aguda impresionante que arrancó los aplausos de los presentes.
Tras la parte lírica, pasaron al interior del templo donde terminaron su concierto con los temas sacros. Así “Vidit suum”, aria del Stabat Mater de Pergoless y el “Ave María” de Mascagni, fueron los temas escogidos para finalizar este concierto.