Vivimos en un día a día donde vamos siempre a toda prisa, en la que se nos exige tanto, tanto, pero en la que poco exigimos cuando pasan cosas en las que no encontramos explicación. Algún día alguien nos tendrá que responder a varias cuestiones.
El día de Navidad, el 25 de diciembre, fallecía con tan sólo 53 años, Joaquín Gómez Rivera, presidente, entrenador y aficionado que fue de nuestro baloncesto local.
Hay veces que te enteras de algo y no te lo crees. Miras, lees, piensas, preguntas y llamas para preguntar: “Oye, ¿no es verdad lo de…?”. Pasó el día de Navidad, tras Nochebuena, se anunciaba el fallecimiento de Joaquín Gómez Rivera, con 53 años.
Esta pandemia está provocando enterarnos de circunstancias de la vida sin esperar. Las mascarillas, la disminución de actos públicos, estar pendiente del dichoso virus, hace que a veces te pase lo que nos ocurrió este pasado día 25. Nos dejaba Joaquín, el del Baloncesto, el amigo que vivía por la zona del Coso Viejo donde tenía su lugar de reuniones y tertulias… pero ante todo, un padre, un amigo…
En poco tiempo, una enfermedad apareció en él y fue demasiado rápida y no pudo superarla. Otra gran pérdida para el mundo del baloncesto local, como lo fue la del siempre recordado y añorado Agustín Rodríguez.
Puestos en contacto con el Club Baloncesto Torcal, nos exponen que fue una “persona clave para entender el baloncesto en Antequera en la última década. Formó parte de aquel grupo de locos impulsores del Club Baloncesto Torcal allá por el año 2008”.
Pasó por diversos cargos en la directiva del Club Baloncesto Torcal, destacando el de presidente de la entidad durante varias temporadas. “Bajo su presidencia el Club en la temporada 2011-2012 dio el gran paso de competir a nivel federado y comenzar su andadura en la máxima competición provincial. También desempeñó el cargo de entrador en diversas categorías”.
Dejó el Club como directivo, pero nos destacan que siempre que podía “pasaba a ver partidos y nunca perdió de vista a los equipos en las competiciones. La última vez que lo pudimos ver en las pistas fue en la final que disputó el cadete masculino en junio del pasado año. Con lo que más disfrutaba era con ver las pistas llenas de niños jugando a Baloncesto”.
Ya estará con Agustín organizando una competición con los ángeles del Cielo, entrelazando sus dos tierras: Antequera y Fuente Obejuna donde descansa sus restos. El baloncesto está de nuevo de luto.
