Esperó a rezar con flores el paso del Señor del Mayor Dolor y a ver a su Socorrilla en sus procesiones extraordinarias del pasado año tras dos años de pandemia. El estar con su familia en Navidad, pese a las restricciones, para contar y compartir a sus nietos todo lo que ella, y su recordado marido, don Francisco González Romero, habían vivido en la Plaza de San Sebastián, siendo sus dos vecinos más antiguos, incluso viendo él dos veces al Angelote en el suelo.
Con 89 años nos dejaba este miércoles 12, una mujer ejemplo de madre, de abuela, de vecina, de buena persona, que creció en los años complicados de mediados del siglo pasado y supo con su marido, sacar a su familia adelante y ver cómo el negocio de ultramarinos iba adaptándose a los tiempos y progresando como la vida misma. Y cómo había relevo para seguir una generación más.
Quienes hemos tenido la suerte de conocerla, recordamos su sonrisa, su optimismo, su cariño a Antequera y las anécdotas que compartía con su marido. Su familia vive en una casa con balcones a “abajo” y a “arriba”, y tras perder a su marido, aguantó sola, al frente de su familia. Sus hijos, siempre atentos por su madre, con una madre, cómo no. Porque como una madre… ninguna; como María, nadie, ella era única. Así se demostraba cuando ya no podía bajar a ayudar en la tienda y no había día, momento, que alguien preguntara por ella.
Así se demostró en su despedida, en su iglesia, cómo no, de San Sebastián. Mujer muy católica, creyente y de tradiciones. De misa diaria y de pedir siempre por los suyos que eran sus hijos y todos los que conocía y se acercaban a hacer la compra. Siempre tenía una buena palabra o recuerdo de los nuestros. “¿Cuando eras chico, tu padre venía por churros para llevaros los domingos?”. “¿Cómo está tu madre?”. “¡Qué guapa está la Virgen este año!”. “¿Has escuchado la plática de este domingo?”.
Se nos va la vecina más antigua de la Plaza de San Sebastián. ¡Gracias por ser ejemplo, compartir tus recuerdos y dejarnos los hijos que nos habéis regalado! ¡Sigue cuidando de ellos!