A pesar de que son la base en la que apoyamos todo nuestro cuerpo, según nos dice Pablo Gallardo, gerente del Centro de Podología Gallardo, no les damos el cuidado y la importancia que necesitan. Tras 28 años ejerciendo la especialidad de podología en Antequera, nos da su visión sobre el cuidado y salud de nuestros pies.
Gallardo nos dice: “El principal problema es el uso excesivo de calzado deportivo, que hace que el pie vaya más abierto. Hay que elegir un calzado de material que sujete el pie, permita la transpiración del sudor. Otro error es no pensar que forman parte de nuestro cuerpo. Es algo que vamos a encerrar en una jaula llamada zapato, que le guste al ojo y no al pie. El zapato se tiene que adaptar, amoldar a las irregulares que tiene tu pie y que no sufra presión”.
Sobre el uso de tacones, lo tiene claro: “Un tacón ancho de entre 2 y 4 centímetros facilita la marcha y no perjudica. Hay que evitar ir sin nada de tacón o con tacón muy alto. Los zapatos de tacón te van mandando todo el peso a la zona delantera del pie y la presión que ejerce por la mera gravedad, a la larga va provocando deformidad en el pie”.
La importancia del pie del niño
“Los padres animan a los niños dándole los dedos para que se levante y hay que evitarlo; el niño debe ponerse de pie cuando su espalda y su musculatura de piernas pueda con él. Si lo hace antes, puede crear un problema al niño”. Además desaconseja el uso de parques y tacatás “ya que hace que los niños realicen apoyo antes de que su musculatura esté preparada. Lo mejor, una manta en el suelo y que gateen”. Así mismo desaconseja el uso de zapato rígido en bebés, “mejor, un calcetín”.
Tras tantos años, reconoce que “ya no se asocia la figura del podólogo solo a personas mayores, se le ha hecho ver a la sociedad a través de años y años, como una lluvia fina que ha ido calando, la labor que hace el podólogo y su importancia, ha sido una campaña de concienciación”.