En los tiempos sin agua siempre es bienvenida una tormenta. En las horas vacías siempre habitan los versos libres. Con la luz velada de las farolasel agua parece recelosa de abrirse al espacio exterior así que se convierte en un rompecabezasque solo tiene solución si te entregas a su fondo a y a su forma.
Celebraciones de días, entre ellos el Día Mundial de la Poesía. Escribir versos para despejar la niebla, transitar oscuridades para alcanzar la luz, descubrir tesoros ocultos en cada misteriosa forma en la que nos ausentamos de nosotros mismos. Es la poesía, en los días que corren, un instrumento de rebeldía ante guerras sin sentido, ante la locura de los que nos llamamos humanidad.
¿Qué es poesía? se preguntaron los poetas desde Becker a Rosalía de Castro,de Valente a Whitman, de María Zambrano a Machado, nos lo preguntamos todos los mortales que pensamos, nos detenemos y escuchamos la voz del alma. Esa voz que a veces es un salvaje torbellino de sentimientos y otras el remanso de paz del navegante que encuentra la espiritualidad o la belleza. Es la rima en la que vivimos, es la cadencia verdaderade las palabras, es el reflejo sutil o impetuoso de lo que somos, es la estrofa de los que existimos, es la cultura de los pueblos, de las mujeres y los hombres que la habitamos tocando lo tangible de ella.A veces lejana, a veces tan pegada a nuestro costado que duele el adentro porque es algo que nos quiebrael tiempo que hemos vivido y el que queda por vivir. La esperanza también corre por sus venas como un torrente desbocado y nos insufla tal fuerza, que nos sentimos prendados de la luz del día o de la fuerza inmensa de la noche.
Cruce de miradas, saltos de páginas, huellas de agua en el tránsito de lo recorrido, en el aire que corre al margen de los olvidos imperfectos.