Este martes día 7 asistí a la inauguración de la sede del PP en calle la Tercia. Céntrica calle como corresponde a un partido que se acomoda en el Centro político. Es el espacio que mejor domina y, cuando se le han impuesto algunos bandazos hacia la derecha, pierde su esencia, la razón de ser de sus votantes y se tambalea porque sus puntos de apoyo no son firmes.
La Llegada de Elías Bendodo causó revuelo, creo que era la primera vez que los peperos teníamos delante al coordinador general del PP nacional, cargo recién estrenado desde que Feijóo pudo frenar las riendas de un partido que iba desbocado hacia el abismo. Habló con serenidad, expuso sus logros alejado de triunfalismo. Pidió el voto sin necesidad de hacer alarde de Patria ni ondear banderas. ¿Para qué si la insignia nacional es propiedad de todos? Tampoco mencionó la palabra libertad, ese terreno está abonado desde hace muchos años. Y se mantuvo muy prudente ante las expectativas de las encuestas. Sabe que Andalucía es una tierra de sorpresas. Lo recuerda el presidente de GAD3 Narciso Michavilla, probablemente, el sociólogo más prestigioso de nuestro País.
En este clima cordial transcurrió su visita con una sala a rebosar y la calle cortada por la cantidad de personas que hubieron de quedarse fuera. Representación de muchos municipios y ambiente festivo. También pudimos ver, una vez finalizado el acto, cómo se acercaban a ver el ambiente antiguos votantes que ahora han decidido seguir tras los pasos de la señora Olona. Algunos por la curiosidad de ver quienes estábamos allí y otros, los menos, para que no quedara ninguna duda de que su cambio de partido no tiene marcha atrás. Me llama mucho la atención un dato: o las mujeres somos muy prudentes a la hora de manifestar nuestros apoyos en política, cosa que dudo, o son los hombres los que están más encantados con la candidata de extrema derecha.