Toda ciudad que se precie tiene pintores que adornan y alegran los interiores de casas con retratos, bodegones o paisajes de la tierra. En las últimas décadas hay uno peculiar que este sábado 18 de junio, nos ha dejado tras una vida dedicada a la pintura, la cerámica, su familia y su tierra: Antonio Reyes Machuca.
Quizá hasta pase desapercibida su firma, Machuca, pero si se fija en casa de los abuelos, de los padres, de cualquier hogar con encanto antequerano, seguro que encontrará una obra suya.
Aporta con sus obras esos museos de recuerdos, de sentimientos, de querer tener una obra de un gran artista y que sea de la tierra, como ha pasado durante su vida profesional.
El taller de Antonio Reyes Machuca formaba parte de ese triángulo increíble que forman el Coso Viejo con San Sebastián y Nájera. De él, han salido decenas de bodegones de fruta, de periódicos y libros, retratos y paisajes de su tierra, Antequera.
Su taller en calle Encarnación era una fusión de arte y pasión, donde era frecuente verle con su camisa, ya fuera invierno o verano, su paleta y sus pinceles, fijando su mirada en los lienzos o maderas sobre las que forjaba su arte.
Conversar con él era sentir la vocación de artista que plasmaba su interior, donde siempre te escuchaba, pero tenía la mirada y el pincel puesto sobre el lienzo.
Pintor y ceramista profesional, titulado por la Escuela de Artes y Oficios de Antequera, ese anhelado rincón de aprender el oficio que tantos artistas ha dado. Aunque a él siempre le ha gustado estar ante su caballete y pintar para personas anónimas, su arte era llamado para exponer públicamente en su tierera como lo acogieron en la Sociedad Excursionista Antequerana, Caja de Ahorros, Casa de la Cultura y Matagrande. Pero también compartió su arte por muestras en Huelva, Punta Umbría, Fuengirola, Almería o Marbella.
Como pintor, realizó el Cartel de la Semana Santa de Antequera de 1990 con el tema de la Virgen del Consuelo, el Carnaval de Antequera de 1991, fue primer premio de pintura de la vendimia de Mollina en 1996, Autor del cartel conmemorativo del X Aniversario de la Coronación de Nuestra Señora de las Maravillas de Bobadilla en 1998, Autor del Paño de la Verónica de la Cofradía de «Arriba» de Antequera en 2000 o el Cartel de Santa Eufemia en 2008, donde recrea el momento en el que Santa Eufemia se aparece al Infante don Fernando y le dice la célebre frase de «Que nos salga el Sol por Antequera y que sea lo que Dios quiera».
También destaca su labor como ceramista, con obras que decoran patios, fachadas y rincones por doquier, como el del Señor del Mayor Dolor en la Cuesta de Zapateros.
Nuestro recordado director Ángel Guerrero escribió sobre él: «Forjado en el ambiente duro de los fríos y calores de El Torcal de Antequera, Machuca disfruta con colores, siempre dispuesto a tomar notas y apuntes. En las exposiciones de Machuca, disfilan las muestras de esos caminos que anda buscando el artista –retratos, figuras, bodegones, paisajes– de los que trascienden el denominador común de su sensibilidad, de su difícil facilidad para reflejar los colores cálidos y brillantez de la luz antequerana».
Se nos va otra gran artista, un pintor y ceramista popular, arraigado en la cultura popular de casas y barrios donde emergen en paredes y muebles, sus bodegones, retratos, paisajes y obras que deja un amplio legado para la historia particular de cada casa.
Al llegar al Cielo, le habrán recibido los beatos Madre Carmen y Enrique Vidaurreta, a los que pintó para dos cornucopias del cuerpo procesional de Santa Eufemia, quien junto a Ella le habrán llevado a estar con el Padre junto a la Madre del Consuelo.
El velatorio es en el Tanatorio de Antequera y la despedida será este domingo 19 de junio a las 11,30 horas en la iglesia parroquial de San Pedro.