Toda una vida dedicada a los coches, una pasión que comenzó con 15 años y que esta misma semana, el martes 4 de octubre, llegaba a su fin con la jubilación. Juan León Trillo se despide de sus Talleres León, una empresa que el mismo puso en marcha hace 25 años.
Queda lejos aquella época en la que Juan León Trillo comenzó a trabajar con 15 años en la Seat cambiando “aceites, filtros y luego ya empecé con la chapa y pintura”. Unos inicios que le dieron su primer sueldo de “1.300 pesetas. El primer sueldo se lo di a mi madre y así estuve hasta que tuve veintitantos. Yo le daba el sueldo a mi madre porque las madres lo necesitaban y ella me daba lo que veía para el fin de semana. Así estuve hasta que ya estuve para casarme y le dije a mi madre que me tenía que quedar con el sueldo para meterme en un piso”.
Tras cerrar aquella Seat donde estuvo 24 años, Juan se tuvo que plantear un nuevo camino. “Tuve yo que montar mi taller, comprar el terreno, hacer la nave, y allí llevo ya 25 años”; hasta el mismo día de su jubilación que dedicó a “guardar todos los papeles, organizar y darle las llaves” a los nuevos dueños, uno de sus trabajadores, por lo que el taller continuará abierto pero pasará a llamarse “Talleres Morón”.
El paso de los años en su propia empresa
Juan León nos hace un repaso por todo este tiempo donde las cosas “no ha ido mal. Gracias a Dios he tenido buena clientela, pero buena buena, buena. Y conmigo nadie ha tenido un problema, ni clientes ni nada”.Desde entonces hasta ahora nos habla de cómo ha cambiado todo en sus talleres: “Ha cambiado mucho. Sobre todo la maquinaria. Cada día tienes que tener más. Yo empecé con una cabina de obra, de pintura, y tuve que comprar luego ya una con calor, con horno. Va variando todo. Hay que irse adaptando, hemos estado luchando hasta el final, no me ha dado miedo”. ¿Y sus clientes? “Todos los clientes que han ido llegando estos días se los he ido presentando. Lo que les he dicho es que esto es hacer las cosas bien, en condiciones, y ya depende de ellos. En 25 años no me ha llamado ningún cliente la atención. Fallos podemos tener cualquiera, pero si ves el fallo, lo que tienes que hacer es arreglarlo antes de que llegue el cliente. Me gustan las cosas bien hechas, si no las hubiera hecho bien, no hubiera tenido los clientes que he tenido”.
Para ellos, precisamente tiene palabras de agradecimiento: “Les doy las gracias por la confianza que me han depositado”.
Despedimos a Juan León Trillo en esta jubilación más que merecida, ahora toca mirar a la familia y buscar nuevos retos. “Ahora me va a costar adaptarme a estarme quieto. Algo habrá que inventar para no estar parado”.
