No fue una visita planificada, todo lo contrario. El Nobel de Medicina y Fisiología en 1959, Severo Ochoa estuvo en Antequera para conocer de forma expresa El Torcal de Antequera. Allí, un grupo de excursionistas se lo toparon con varias personas recorriendo nuestro paraje natural que calificó como “principio de la Naturaleza”.
Acompañado por la familia García-Berdoy Cerezo quienes ejercieron de anfitriones, posteriormente junto a Manuel Cascales se adentró en el Museo para conocer la Sala del Efebo, la de San Francisco y de Cristóbal Toral. Quedaron pendientes las visitas a Santa María y los Dólmenes, así como otros rincones locales. Lo que sí cuentan nuestras páginas es que disfrutó además de la gastronomía local de la que se sorprendió gratamente al degustar la porra antequerana y el bienmesabe.
