15 de abril de 2023. Una nueva fecha a subrayar en la historia del fútbol local, que se suma a las anteriores del 15 de junio de 2008 y la primera del 20 de junio de 1981.
Lo conseguido por el equipo que dirige Abel Segovia es de récord y recordar. Lo hace a cinco jornadas del final de la competición. Una vez terminen las cuatro jornadas restantes, se podrán comparar los números. De momento, con 69 puntos ha ganado 21 partidos, empatado 6 y perdido sólo 3. Ha marcado 55 y sólo ha encajado 19 goles. Sólo le superan en puntos: el Barcelona en Primera División con 73 puntos, pero con 53 goles; y el Barakaldo en Tercera RFEF con 75 puntos y 67 goles a favor.
Algo que respalda la soberbia temporada de un equipo que comenzó de la nada, tras permanecer en Segunda RFEF a contrarreloj la pasada campaña, con nuevo entrenador y con una renovación total del vestuario.
Comenzó de naranja por un problema con las equipaciones y se les comparó con la “naranja mecánica” por la entrada de los holandeses en el proyecto. Escribimos estas líneas cuando está en marcha la sociedad anónima deportiva con la esperanza del capital holandés para hacer una plantilla que haga mantener al equipo en Primera RFEF y siga haciendo soñar. Hay muchas ganas de saber qué va a pasar. El propio entrenador ya lo ha dicho: no hay prisa y al terminar la temporada, ya habrá tiempo de pensar en el próximo año.
Aunque es evidente que ya habrá un camino por recorrer, otra cosa es que se haga oficial o se reconozca, el éxito de este año debe ser la clave del próximo, mejorando y ampliando la plantilla.
Mientras que todo se da a conocer y trazar, nos quedamos con algunas reflexiones de las entrevistas y reportajes de este número para coleccionar.
¿Se imaginan que este Antequera es capaz de hacer lo que hizo el Antequerano en la 1981-1982 y en la 1982-1983? ¿Que qué hizo? Estar a dos goles el primer año y a tres puntos, el segundo, ¡de ascender a Segunda A, la segunda categoría del fútbol español! Se llegaría al escalón que consiguió ese equipo con Diego Bros y Pepe Toro en la Directiva, Martín Doblado en el banquillo y los Narbona, Marín, Juan Carlos y compañía en el terreno de juego.
¿Y con talento local? La generación de 1981 nos apunta lo importante que es buscar a jugadores de la zona. El sábado, salvo Zuri, Topo y Alberto (del juvenil que han venido entrenando o jugando algunos minutos), tras la salida de Isra, no hay nadie de la base. ¿No hay calidad en los equipos de la cantera o en los de poblaciones cercanas para aportar algunos jugadores a la plantilla?
Afición. En los años 80 se llenaba cada partido el campo, más pequeño obviamente que El Maulí. En las fases de ascenso se logró casi llenar en el 2008 y 5.000 personas fueron el sábado. Se necesita que se repita una buena entrada y como dijo un anterior presidente: con 500 socios no se puede aspirar a lo alto del fútbol. La ciudad tiene que responder en la grada.
Recursos. Las empresas ya aportan lo que pueden. Es hora de pedir ayudas públicas como se ofrecen a los equipos de la capital. Si el Málaga desciende jugaría con el Antequera. ¿Recibirían lo mismo de Diputación y de la Junta? Si existe la igualdad, sí, se supone.
En definitiva. El fútbol no puede ser una inversión para pagar a jugadores. El fútbol debe ser asumido por toda la ciudad. Que los niños quieran llevar la verdiblanca y jugar en el Antequera. Que las familias y amigos vayan al campo. Que el club entusiasme y haga la razón de ser del fútbol.
Seguro que lo que aquí se está forjando, no es el caso de esos proyectos que buscaban otras cosas (Málaga, Marbella…), sino que es algo para ser parte por mucho tiempo de la ciudad. Ojalá todos se pongan la misma camiseta y consigan lo que pretenden: ¡fútbol!