Tras un mes de mayo con altas temperaturas y en el que la sequía es ya preocupante, el fin de semana de la procesión del Señor de la Salud y de las Aguas, trae a la ciudad unas temperaturas frescas (por debajo de lo vivido en Semana Santa) y algo de lluvia que lejos de las caídas en otros puntos de la provincia, al menos están cayendo sobre el suelo que tanto lo espera.
Como pasara en 1668, Andalucía lleva semanas clamando por la falta de lluvia que tiene sedientos a campos y puede amenazar a los hogares si no llueve de aquí a final de año. Su caída antes de la hora de salida, las 19 horas, obligó a la Real Hermandad a esperar una hora para poder salir las 20 horas, con frío y menos luz a la hora de pasar por su barrio y llegada al Carmen.
Tras la misa de peregrinos a las 12,30 horas en San Juan donde se reunieron un año más quienes regresan desde fuera para volver a su tierra y acompañar a su patrón, a las 20 horas salió el cortejo. Estrenaba andas de aluminio, siguiendo el modelo telescópico de los talleres malagueños de Cabra con seis varales, así como rebajando el peso con una nueva estructura metálica.
Acompañamiento musical de la Banda de Música “Maestro Paco Tenorio” de Arriate, que dio caché al cortejo con buen desfile e interpretación de marchas procesionales. El recorrido fue: San Juan, Niña de Antequera, Plaza del Carmen, Cuesta de los Rojas, Descalzas, Calzada, Diego Ponce, Cantareros, San Luis, Infante don Fernando, San Sebastián, Zapateros, Viento, Caldereros, Portichuelo, Cuesta Real y regreso a San Juan.
Al igual que se está haciendo en las novenas, se rezó durante el recorrido la oración como rogativa por la lluvia ante la sequía que se padece. Destacar el paso por las Descalzas, el sitio ya más concurrido de la procesión, donde aguardan las personas que vienen de fuera o las que se suman a alumbrarle tras llegar el terreno llano. Pero también por el rezo que le dedican las religiosas franciscanas en el himno al Señor.
Al llegar a calle Cantareros, rezo de un padrenuestro por los jóvenes Cristina Tovarias y Sergio Castillo, que hicieron el silencio para escuchar la plegaria al Señor. Paso de nuevo por calle Infante don Fernando, donde no lo hacía desde el 2019, con paradas en Los Remedios, San Agustín y San Sebastián.
Subida por las cuestas, saludos a Rosario y Paz y encuentro esperado en el Portichuelo, tras el celestial del 10 de septiembre de 2022 y regreso al barrio por la Cuesta Real, al son de las marchas y con los acompañantes, recuperando el tiempo de espera y terminando a las 0,16 horas su recorrido.
Se cumplieron en este 2023, 355 años de la rogativa con el Señor por la sequía de 1668 cuando se le añadió ‘de las Aguas’ a su advocación inicial de ‘la Salud’. Con la borrasca encima, se espera que llueva antes de que vengan los meses veraniegos.