El patio del Ayuntamiento de Antequera se convirtió el pasado fin de semana en un pequeño bosque donde las ensoñaciones y la imaginación del duende Puck hicieron su aparición convirtiendo a lo vivido, en un auténtico sueño de una noche de verano. Ni el mismo Shakespeare podría haber inventando algo así.
Y es cierto, no pudo ser inventado, porque fue real la magia que se vivió en las III Noches Clásicas que permitieron disfrutar de tres espectáculos diferentes, pero con un nexo común: la capacidad de la Cultura de trasladar, imaginar, vivir, sentir distintas épocas, algo que sólo lo consigue gracias a ella.
Música los dos primeros días
La Coral María Inmaculada de Antequera fue la encargada de abrir estas noches el viernes 7 de julio, dejando que se mezclaran distintos estilos en el repertorio que ofrecieron bajo la dirección de Ángel Jesús García Acedo y con José Antonio Morales, al piano. Música de películas, habaneras y zarzuelas sonaron para embriagar a los presentes.
Al día siguiente, el embrujo continuó con la guitarra de Rocío Sánchez. Su amplio conocimiento de este instrumento y la música permitió compartir con los asistentes piezas clásicas, románticas y barrocas en las que demostró su calidad como artista.
María Galiana y su recital poético
“Yo voy soñando caminos” es el recital con el que se puso un broche excepcional a estas Noches Clásicas, con la participación de la actriz María Galiana, acompañada por el barítono Luis Santana y Víctor Carbajo al piano.
Una selección de poemas que la actriz une a su trayectoria vital fueron declamados con su extraordinaria capacidad interpretativa. Unidos a la voz de Santana, completaron tres noches mágicas que nunca imaginó Shakespeare.