En ciertos ámbitos, no considero oportuna la sempiterna creencia de que la ideología política de nuestros legisladores municipales sea poco apreciable en su gestión dada la escala cercana de los asuntos que tratan. Sin duda, la capacidad de gestión y la habilidad política son condiciones muy deseables en nuestros ediles pero mi convicción, –dado que soy un empedernido idealista–, es que el posicionamiento político resulta fundamental en cualquier decisión, aunque sea de escala municipal.
La gestión del suelo y de la vivienda es, sin duda, uno de los ámbitos en los que la ideología se hace más patente. Antequera tiene un problema con la escasez de vivienda debido a diversos los factores influyentes, siendo su baremación totalmente ideológica: ¿No tenemos vivienda disponible debido al exagerado aumento de los alquileres turísticos? ¿No la tenemos por la escasez de suelo para construir, impidiendo el crecimiento? ¿No tenemos vivienda por falta de seguridad jurídica para su alquiler, prefiriendo tenerla cerrada? ¿O se especula demasiado con ella y el problema deriva de la existencia de demasiado desequilibrio en la propiedad? Todos son factores influyentes y, sin datos, aventurar establecer hipótesis sería demasiado poco serio, por más que lanzar opiniones temerarias sea premiado en las redes sociales.
La dificultad para el acceso a la vivienda es un problema general de nuestro país, resultando evidente que las razones que en otras plazas se están demonizando, –por causas ideológicas más que por un serio análisis de datos–, no son sostenibles para explicar el fenómeno en Antequera.
La mayor disposición de suelo urbanizable, ¿ayudará a paliar la situación? La toma de medidas restrictivas para el turismo que se está anunciando en otros municipios ¿debería ser aplicada? Medidas de corte intervencionista no son de esperar y, personalmente, me tranquiliza bastante.
Pero las causas, –y sobre todo las medidas que tomar–, para este problema en Antequera debemos reflexionarlas seriamente y con datos, no siendo oportuno ni aplicar lógicas de otros municipios muy distintos, ni aventurarnos a solicitar al legislador actuaciones temerarias sin datos serios. Este asunto requiere seriedad.