El título del artículo podría referirse a la subida del IVA en los alimentos, o a cualquiera de los asuntos que pululan los noticieros de nuestro país. Pero saben que esta ventanita que nos abre nuestro Sol, es más bien para otra cosa. Y “Escalofrío” responde a una grata sorpresa descubierta en este verano y que he disfrutado y sigo disfrutando de lo lindo. Miren ustedes, el poder del sonido y de la música en la cinematografía es grande, desde incluso sus comienzos. Los padres del cinematógrafo recurrían al directo para experimentar con el público sonidos o melodías que acompañasen a la proyección, con la ayuda de operarios o de músicos que actuaban cerca de la pantalla.
El hombre desde siempre ha contado historias, se ha servido de la ayuda de la escenificación sonora para impactar en su audiencia, desde el chamán en la gruta rupestre hace milenios, hasta al monologuista de la actualidad en cualquier escenario. Es indudable el poder del sonido en las historias, y más allá, la voz del que cuenta la historia. La voz debe expresar con sus matices las diferentes emociones, y si su sonoridad y timbre es agradable, impactante o peculiar, la historia contada por ese locutor, por simple que sea la puede convertir en especial. Antiguamente, en las emisoras de radio, existían los periodistas y los locutores. Los locutores tenían voces reconocibles, con cuerpo, con un gancho especial. Solo habría que revisar las hemerotecas y discotecas de las emisoras, o de la propia Biblioteca Nacional de España. O sin ir tan lejos, los archivos sonoros de RTVE a la carta (audios). A modo de consejo, les invito a que naveguen por su web. Una web intuitiva y muy fácil de manejar. Pueden acceder a verdaderas joyas radiofónicas como los episodios del programa “Escalofrío” de finales de los años 60.
Las noches de mi verano pasado han tenido como protagonistas historias de suspense y misterio, narradas por maestros de la interpretación y del mundo sonoro. Artistas que después dieron el gran paso a la cinematografía o el mudo de la ficción televisiva. Un deleite para crear en escasos quince minutos o menos, tu propia película mental. Guiones de una gran calidad, con profesionales a los que seguro no se les hecho la justicia necesaria en su reconocimiento profesional. Ficciones sonoras que recorren clásicos como los de Edgar Allan Poe o actuales de aquel tiempo como los escritos por un joven Juan Tébar (guionista de cine y televisión), creando en tu mente, durante su escucha un pequeño cortometraje con los mejores ingredientes que puedas imaginar. Las ficciones de RTVE a la carta (audios) en “Escalofrío” no tienen desperdicio alguno. Para paladares exquisitos… como el de usted.
