lunes 21 abril 2025
InicioCofradíasYa no es una novedad: el Santo Entierro atrae a más gente...

Ya no es una novedad: el Santo Entierro atrae a más gente en las aceras y tras las imágenes en Antequera

La Cofradía de la Soledad cerró en Antequera un nuevo Viernes Santo donde volvió a demostrar que cada año recibe más respaldo de las aceras, de los balcones y de los fieles tras las imágenes. Otra forma de procesionar y de sentir es posible y así lo atesora una de las dos cofradías que se mantienen fieles al estilo antequerano del siglo XVIII.

Por la mañana, admiración ante los dos tronos: el del Cristo Yacente y el de la Virgen de la Soledad, con su manto más y mejor colocado al natural sobre la delicada imagen. Este año tocó corona. Muy acertado colocarlos uno detrás del otro para poder recorrer la nave central y de paso admirar el retablo del altar mayor del barroco templo.

Ya por la noche, oración inicial y apertura de las puertas con la imponente salida, ordenada y agrupada, de todo el cortejo procesional. La capilla volcal ‘Lux Aeterna’ es ya parte inseparable de la urna del Santo Entierro con sus cánticos y misereres en latín que te hacían callar, reflexionar y rezar. ¡Cristo ha muerto!

Compleja salida, pero los hermanos mayores de trono saben ordenar sigilosamente el paso por la puerta y la subida de las escaleras. De nuevo más gente no queriendo perderse la salida que contrasta con las luces de las velas y de las pocas farolas encendidas.

Paso por la zona amurallada del Carmen y pasaje histórico por la Cuesta de los Rojas, donde siempre se respira el ambiente, la religiosidad y la pasión de la familia García-Berdoy.

Al llegar a las Descalzas, la Calzada es lugar de reunión de quienes se dirigen a casa o han visto antes a Paz y Socorro. El silencio y el luto es tan intenso que el duelo se hace oscuridad y a los penitentes con capirotes se les unen el resto del cortejo que pasa desapercibido, pese a la juventud o la la luz de las velas que apenas hace ver sus rostros.

Sólo hay tres soles que se aprecian: el de la delicada urna del Santo Entierro, el del bendito rostro de la Virgen de la Soledad y desde este año, la reliquia de la Beata Madre Carmen que porta sobre su hombro más próximo al corazón.

El discurrir por el centro y el regreso al barrio

Al llegar a Villodres, son los balcones de las personas mayores y algún niño aún despierto, los que se asoman a acompañar al Señor y a la Virgen. Giro en San Luis y entrada por una calle Infante don Fernando donde se forma una fila discontinua de personas que muestran su luto y pesar a la Virgen.

Desde San Agustín, las aceras se llenan y San Sebastián se vuelve en concurrida plaza, donde a falta de una estación de penitencia en la iglesia mayor y colegial para todas las cofradías (muy buena iniciativa la de la Custodia del Corpus como monumento), el Señor se refleja en cada una de las personas que pese a llenar la plaza, no se escuchaban que se unían para acompañar el cortejo.

Subida complicada y ligera al unísono de los hermanacos de ambos tronos y entrada a calle del Río. Las antiguas casas que se abrazan en señal de duelo y el barrio recibe a los sagrados titulares.

La capilla musical ‘Ars Sacra’ marcaba el paso del palio, a la carrerrilla y con ligeras mecidas puntuales. Bajada hasta la explanada de la casa hermandad y entró el cortejo con el rezo final de duelo ante la Virgen.

De nuevo, destacada procesión, donde a pesar de ser la del Santo Entierro, no es la que más tarde se encerró esta Semana Santa. Comprenden que Antequera no está preparada para procesiones de madrugada y lo hacen cuando el sol duerme y tras el júbilo del día grande, donde Paz y Socorro congregan la historia de la religiosidad popular andaluza y el Santo Entierro nos pone en puertas de la Vigilia Pascual donde la vida vencerá  la muerte.

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel.
¡Suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción)
 
NOTICIAS RELACIONADAS

Más recientes