Segundo rabo que Diego Ventura consigue en la Plaza de Toros de Antequera, el de este sábado 23 se suma a sus triunfos en la ciudad, en una tarde de rejones con diez trofeos más conseguidos entre el portugués junto Rui Fernandes y Ferrer Martín.
El mano a mano que se había anunciado entre Andy Cartagena y Diego Ventura se transformó al final en un trío de caballeros rejoneadores, ante la ausencia del alicantino. Esto no perjudicó a la gran entrada que contó la plaza con tres cuartos de entrada que disfrutaron de tres orejas para Fernandes, tres orejas y rabo para Ventura y cuatro orejas para Martín.
Rui Fernandes realizó un toreo serio y eso le valió para ganarse al público en la faena al primero de los jaboneros de la tarde. Dos rejones de castigo para frenar la embestida de un rival que le siguió en todo momento el juego. Conjugó una faena de estilo y seria, rejón de muerte, descabello y una oreja.
Tuvo peor toro en el segundo, a pesar de ello, logró sacar algo al rival gracias a su doma. Dos rejones de castigo, quizá fueron excesivos para un toro que no fue en busca del caballo desde el primer momento. A pesar de ello, logró sacar el toreo que lleva dentro y tras un rejón de muerte certero, se llevó dos apéndices tras fuerte petición en el tendido.
Diego Ventura tiró de maestría ante su rival, el peor astado de la tarde, al que tuvo que torear más rápido de lo que hubiese querido. Parado el toro en varias ocasiones tuvo que de cuadra y estilo, luciéndose en las cuatro flores que colocó con la ovación consiguiente. Rejón de castigo insuficiente y descabello, tras petición de los tendidos, se llevó una oreja.
En su segundo, lo dio todo. A Veragüeño al que logró lidiar al máximo, le colocó dos rejones de castigo firmes como lo fue toda la faena al quinto de la tarde. Guadalquivir, Nómada, Lío, Bronce y Guadiana le acompañaron en una faena para recordar, banderillas cortas y largas, pero esa forma de incitar al toro, la manera de encontrarle, la entrega en cada movimiento. Con Bronce, al que quitó el bocado y las riendas, lo bordó, marchándose con él al patio de caballos de espaldas y con el público en pie al grito de “¡torero, torero!”. Mató firme y con una gran ovación, el presidente concedió los máximos trofeos a la vez: dos orejas y rabo.
Un desatado Ferrer Martín consiguió los dos apéndices a su primero de la tarde. Le puso ganas, ilusión y la madurez que en sus anteriores apariciones en Antequera no había tenido. A pesar de fallar en el primer rejón de castigo que no rompió, consiguió encauzar la faena con Perchel, Mosca y Gitanillo. El público se entregó al rejoneador y le premió con la petición de las dos orejas que obtuvo tras rejón de muerte.
El último de la tarde no estuvo colaborativo, toros que fueron bastante flojos los de Prieto de la Cal, aunque bien presentados. Martín puso ganas, pero no se encontró cómodo con el rival. El toro se fue apagando y el veleño se mostró algo descolocado intentando conjugar faena. A pesar de todo, colocó un buen rejón de muerte que le dio, de nuevo, dos trofeos.
