Antequera suma una magistral obra de arte realizada en el siglo XXI, pero con la esencia del estilo antequerano del XIX. Lo que Sebastián Marchante ha bordado para la nueva bambalina del palio de la Virgen del Mayor Dolor tiene un sello al estilo de los talleres de Antonia Palomo. La procesión extraordinaria del próximo sábado 11 de octubre quedará para la historia por su estreno.
Se presentó el trabajo y se bendijo en la noche del viernes 3 de octubre en el coro bajo de San Sebastián. Condujo el acto la segunda teniente hermana mayor Trinidad Calvo y presidieron el párroco Serafín Corral, el alcalde Manuel Barón, la teniente de alcalde Elena Melero y el hermano mayor Jesús Díez de los Ríos.
En el 250 aniversario de la bendición de la Virgen del Mayor Dolor y el 75 fundacional de la cofradía, «tenemos el honor y la emoción de presentar públicamente el nuevo techo de palio, bambalina frontal y crestería del trono de Nuestra Madre». La obra ha sido realizada por el bordador Sebastián Marchante Gambero, bajo diseño de Javier Sánchez de los Reyes, y dirección de Alfonso Muñoz Díaz.
Fue cuando pidió que se descubrieran, primero el techo de palio y luego la bambalina frontal exterior. «Este techo de palio no es solo una pieza bordada, es un cielo tejido de oro, bajo el cual procesionará el Mayor Dolor del alma humana, encarnado en la figura serena y doliente de nuestra Madre».
En el techo de palio «contemplamos un águila bicéfala, usada por el Emperador Carlos V, símbolo de realeza, de poder y sabiduría desde hace siglos, le ha sido añadido en su pecho, el anagrama de la Virgen María, y bajo él, una media luna, rematada en sus puntas, por dos lazadas, que incluyen cada una un ramillete de granadas. Sobre este rosetón central, se sitúa una corona. Estas piezas de orfebrería han sido diseñadas por Alfonso Muñoz y realizadas en los talleres lucentinos de Gradit».
Se disponen en el contorno 10 banderines (como 10 fueron los mandamientos entregados por Dios a Moisés para su cumplimiento en el antiguo testamento), en cada uno de ellos queda representado un elemento de la pasión de Cristo: túnica, dados, lanza y esponja, mano, columna junto al fuste y el gallo, cruz junto a las escaleras, corona de espinas y clavos, espada y oreja, bolsa de monedas, tenazas y martillo, siguió explicando la también camarera de la cofradía. Nos evocan en su conjunto a los banderines de honores de La Legión.
Y al descubrirse la maravilla de las maravillas: la nueva bambalina frontal «con una impronta simétrica, ricamente ornamentada con motivos vegetales, pero, sobre todo, representando las virtudes de la Virgen María mediante letanías. Se emplean hilos de oro y plata, así como piezas de orfebrería».
En ella, la letanía central, una fuente, la de la plaza de San Sebastián, y a ambos lados, el sol (el día) y luna (la noche). Los hilos de oro se mezclan con sedas, para conferir luz y contraste sin caer en el exceso, respetando la sobriedad que debe acompañar el culto a la Virgen del Mayor Dolor.
Esta bambalina nos recuerda al estilo de las que Antonia Palomo realizara para el palio de la Virgen de los Dolores. El Mayor Dolor consigue una pieza de estilo antequerana que llega al nivel de siglos atrás. Las hasta ahora cuatro bambalinas exteriores, realizadas por el médico José Rodríguez, pasan al interior del palio.
Recordar que la procesión extraordinaria será el sábado 11 de octubre con salida a las 18 horas desde San Sebastián, en la que el Señor del Mayor Dolor irá a hombros de los caballeros legionarios y la Virgen bajo su palio.