Más o menos veladamente, muchos españoles, se preguntan qué hace esa pléyade de políticos que forman Las Cortes o el Senado, las Autonomías y otros, que cobran lo que ya quisiera la mayoría de los «paganos», y que no hacen «una raya en el agua», ni por casualidad. Sálvese quien pueda, la sensación es que están en los organismos citados, para «sumar votos», que es tanto como decir para «hacer bulto», de forma que es muy raro que en cualquier sesión se oiga una voz discrepante con lo que mandan sus partidos, sean los que sean. Y esa situación que se suele padecer con resignación, levanta ampollas en momentos como los que vivimos, en que muchos que sufren los resultados y efectos de la crisis, se preguntan y comentan por el tema.
En medio de esto, nos llegan dos noticias dignas de destacar: el considerado «brazo derecho» de un socialista libre de toda sospecha, como es Alfonso Guerra, lanza un envite al Gobierno, al «abordar la posibilidad de un Gobierno de Coalición» con el PP. Lo dice José Félix Tezanos, ante «la situación de emergencia que atraviesa el país». El paso dado por el «portavoz» de Guerra, es importante, pues no es que esté acusando al Gobierno de incapacidad para resolver la situación, sino que propone soluciones lógicas, que son frecuentes en otros sitios y es algo tan simple como «unir fuerzas». La medida, es inteligente, porque con ella se implicaría a la «oposición» de forma que ésta podría aportar lo que tanto propone en los medios.
La otra cara, surge cuando S. M. El Rey, llama a la concordia a los dos principales partidos para que colaboren «en sacar esto adelante». No ha faltado quien lo ha criticado, ignorando supinamente que la Constitución se lo permite. Con su llamamiento, Don Juan Carlos «no se mete en política», sino que se ofrece como mediador para que, digamos Zapatero y Rajoy con sus «barones», busquen soluciones pues éstas no les afectan a ellos o sus grupos en particular, sino a todos. El Rey, no oculta que la cosa no va bien, con lo que no es que critique la gestión del Gobierno, sino que señala lo que todos sabemos, que otros países reaccionan y por aquí o no sabemos, o no podemos, o no queremos. Y, desde ese momento, anima a hacer lo que se ha hecho en otros países, olvidarse de lo que diferencia a unos grupos de otros y ahondar en lo que los une; buscar entre todos el beneficio de todos, mediante fórmulas que, insistimos, en otros sitios han dado resultados muy positivos. Depende ahora de los dos grandes grupos que se revistan de humildad y sean prácticos y hagan lo que piden muchos, la mayoría de los españoles: estudiar medidas conjuntas, como las que ya otras veces se pusieron en marcha, para salir del atasco, para lo cual han de contar con la colaboración de los empresarios, a los que interesa ganar dinero y éste no se obtiene sin que haya trabajo, y a los sindicatos, a los que debe interesar antes que nada, que disminuya el paro. Eso es lo que tienen que buscar entre todos, olvidando egoísmos de partido, es lo que pide el Rey. Con total acierto y derecho.