La procesión del Martes Santo volvió un año más a visitar a uno de los devotos más predilectos con los que cuenta Nuestro Padre Jesús del Rescate. La calle Toronjo también se llenó para asistir a un nuevo y emotivo encuentro a las 20:39 horas. El palio de la Virgen de la Piedad rozó las manos de Manolo que desde el balcón asistía a la culminación de una larga espera que se esfumó en una nueva noche de Martes Santo. Después, el Rescate tendió la mano a su devoto y él, con una sonrisa de oreja a oreja, parecía quedarse ya tranquilo… hasta el próximo año. Una saeta rompía el silencio desgarrado de la noche más especial para Manolo, que vió de nuevo a su Jesús del Rescate. La procesión encaró después un complicado pero solventado giro en calle Taza para coger después La Vega, Merecillas, Laguna, Cantareros hasta enfilar por Infante don Fernando.