Confitería Marengo, le ofrece sus exquisitos “Roscones de Reyes”

En calle Cantareros, se encuentra Cafetería y Confitería «Marengo», que nació en 1983 con tres trabajadores y que dos años después daba «el salto» al abrir su confitería, una de las más acreditadas de la ciudad y que suministra sus dulces y tartas a la mayoría de hoteles y restaurantes para sus menús, bodas, bautizos, primeras comuniones…

En Navidad, se especializan ofreciendo canapés, troncos de navidad, tocinos de cielo, turrón, y este año, como novedad que sumar a los dulces tradicionales, unos irresistibles mousse de piononos o turrón y sus brownies a la crema de naranja, mil hojas rellenos de caramelo.

De los tres trabajadores de 1983, han pasado a tener siete este año –en 2009 tuvieron nueve, pero la crisis…–, con los que atienden a una selecta clientela en sus diversos departamentos de cafetería, restauración y confitería.

Estos días, especial atención al «Roscón de Reyes», cuya fórmula es: 300 gramos de harina, 100 de azúcar, 250 de mantequilla, 25 de levadura, 4 huevos para la masa y uno batido para «pintar» el rosco, medio decilitro de agua de azahar y otro tanto de ron, ralladura de limón y naranja, sal, frutas escarchadas y los «regalos» que pueden ser figuritas de porcelana o caramelos envueltos en celofán.

Mezclar harina, azúcar y levadura, los huevos, un poquito de sal, el agua de azahar y el ron y se amasa durante un cuarto de hora. Se deja reposar hasta que la levadura duplique el tamaño. Se rompe la masa y se deja reposar otro cuarto de hora y entonces se estira y se le da la forma del roscón. Se mete en su interior la «sorpresa» y se pinta con el huevo batido. Nuevo reposo y se colocan las frutas escarchadas y el azúcar. Se mete en el horno durante 15 minutos a 200 grados que se bajarán a 180 otros 15 minutos. Se saca y cuando enfríe, se abre transversalmente y se rellena con crema pastelera, nata o chocolate. Se le pone encima una corona «de rey», y se sirve.

Datos del establecimiento