Si estuvieron delante de un canal de televisión siguiendo el fraude colectivo que hay en todos los niveles. El rico por rico y el pobre por pobre quedan ensimismados bajo el influjo fraudulento que les convierten en pillos listillos de cumplir con la obligación ciudadana de contribuir a las cargas estatales. No es posible que además, te asesoren para el engaño. Bajo la aparente frivolidad, lujo y turismo de élite, Sotogrande esconde un submundo de empresas ficticias residentes en Gibraltar, sin que aparezca siquiera la sede social donde se registran, todo preparado para que el dinero negro circule con total impunidad y los burladores de Estado se llenen los bolsillos de lo que pertenece a todos. ¿No dicen que van a echar a funcionarios porque sobran? Que se pongan a trabajar y a seguir la pista de todos estos indecentes que viven al margen de la ley y se pasean y exhiben como ciudadanos respetables.
Me cuesta asimilar que gente tan rica sea tan inmoral. Así que cuando la cámara de televisión se paseó por La zona del calzado, en el Levante, y sacó a la luz algunas empresas clandestinas, mi reacción fue mucho más tolerante, defendía una actividad que apenas le llega a cubrir los gastos de manutención, y en servicio doméstico trabajando ocho y diez horas. Con sueldos bajos y sin cobertura social. Vive un extenso número de parados oficiales que difícilmente, al menos a corto plazo, pueda desaparecer. ¿Cómo se ataja este problema? Como todos los que están sujetos a delito, queriendo realmente arreglarlo y penalizar con todas las de la ley.
Y la sorpresa fue que el fraude asciende a 3.400 euros por persona, con esta cantidad no habría necesidades y teniendo en cuenta los millones de españoles que somos, se pagaría la deuda, se callaría la prima y los mercados cerrarían por las vacaciones.