El ideal para la revitalización de Antequera, pasa por conseguir una conjunción entre sus grandes potenciales: Agricultura, Industria y Servicios.
La Agricultura, parece adecuarse a las exigencias actuales, con la intensificación del cultivo del Olivar y Huertas, que cuentan con grandes fábricas transformadoras-envasadoras, aumentando la rentabilidad para el olivarero o el horticultor. Nos hemos referido a ello en más de una ocasión, y hoy, evocando esas páginas de la “Antequera Vieja” querríamos recordar la potencia agraria perdida en los cereales –la demolición del Silo “por inútil”, es la culminación de ese proceso– y la del cultivo del Azúcar, que tenía en la Azucarera Antequerana-Ingenio San José, su máxima representación.
Según los autores Parejo Barranco y Gómez Moreno, el nacimiento de la industria azucarera nace como un remedio para la pérdida de fuerza de otro de los grandes potenciales perdidos, el de los tejidos de lana, cuyas fábricas aún se mantienen en la Ribera, cuyo río aprovechaban como energía motriz.
Según nuestros datos, la Azucarera Antequerana, echó a andar en la campaña 1892-93, llegando a convertirse en la mayor empresa antequerana con casi cuatrocientos empleados, a muchos de los cuales les recordamos bajando la Puerta de Granada en sus bicicletas hasta el amplio recinto de la Azucarera. No estaba dedicada ésta sólo a los cultivos antequeranos, sino que recibía de muchos puntos de Andalucía, con muchos puestos de trabajos indirectos, sobre todo en el transporte. La fábrica Azucarera, ocupaba un amplio espacio, presidido por la chimenea-torre que, afortunadamente se conserva, como recuerdo de aquella Antequera industrial, y a pesar de la inyección de dinero recibida en los años 60 y siguientes con más de 30 millones de pesetas para ampliación y modernización de su maquinaria, se vendría abajo al no poder resistir, como le pasó a las fábricas de mantas y bayetas, posteriores sistemas modernos, que terminaron por cerrarla, y con ella, aquella gran cantidad de puestos de trabajo.
Hoy, su solar forma parte del Polígono Industrial de Antequera que está a la espera de un respiro en la crisis que nos acerque, de nuevo, a ese ideal económico que mencionamos al principio.