Pedro Pablo Ruiz Pérez tiene 51 años (Antequera, 29 de junio de 1972) y forma parte de esa generación nacida en los 70 que hoy hacen posible la ciudad en la que vivimos. Hijo de Rosario Pérez Villalón y del recordado José Antonio Ruiz Torres, estudió en el Romero Robledo y en el Pedro Espinosa para licenciarse en Sociología y Ciencias Políticas.
Pionero en la atención a las personas mayores y dependientes, es gerente de Serainant, empresa referente en Andalucía. Casado con Margarita Carmona Rubio desde el 2004, tienen dos hijos: Pedro con 17 y Gonzalo de 12 años. En su juventud, formó parte del grupo parroquial de San Sebastián donde se fraguaron las recordadas casetas del Ecuador.
Agarrado a la verja de aquellos jardines que fueron sede de la Caseta del Ecuador, posa para esta entrevista el pregonero de la Real Feria de Agosto del 275 aniversario. Es el reflejo de aferrarse a los años de juventud, normalmente los mejores años de nuestras vidas. En aquellos años 90, Pedro era uno de los jóvenes entusiastas que ofrecían su trabajo en la caseta que contribuía a proyectos de cooperación en Ecuador.
Estar allí para entrevistarle “me traslada a aquellos tiempos” en los que “cuando se cerraba la caseta, parecía que había pasado un tsunami con resto de melones, vasos por todos lados…”. Era el ejemplo de aquella juventud que encontraba en la feria del centro, su lugar de encuentro y diversión.
Pedro pertenecía al grupo parroquial de San Sebastián donde MIES (Misioneros de la Esperanza) estaba en proyectos de ayuda en Ecuador y “a través de nuestro grupo parroquial, fue una simbiosis de trabajar por algo totalmente altruista y al mismo tiempo nos lo pasábamos bien, pero que muy bien”.
La feria de día “asumió un protagonismo importantísimo dentro de la feria y en el ambiente de la juventud”. Además, pasar por allí “para mi familia es un referente porque nos dirigimos a la Caseta de los Estudiantes. Cuando pasas por esta fachada, sabes que esto está ahí, el recuerdo de aquellos años. No hay día que eches la vista a la derecha y respires por los recuerdos que emanan del sitio”.
Era una juventud que se pasaba todo el día en la feria. “Eran jornadas maratonianas porque compaginabas el trabajo en la caseta de día para ayudar a los demás con la de noche en Er Botío, a la que íbamos luego para pagarnos los estudios durante el curso”.
Todo fue posible porque “cuando tienes 20 años te echas a la espalda lo que te eches. Cuando piensas en esas casetas tras paso del tiempo, te sale la sonrisa porque sin duda fueron los años buenos de tu vida”.
Los “cacharritos” en su infancia
Como todo niño, las atracciones mecánicas son los primeros recuerdos de las ferias. “La verdad es que los cacharritos me gustaban, pero no eran mi perdición. Aunque el carrusel de los caballitos, el camión de bomberos, el tren de la bruja…”.
En su juventud, “teníamos poco dinero y pedíamos la bebida en las casetas más económicas y luego íbamos a bailar a casetas como La Madriguera”. Era la época en la que se montaban en el campo de fútbol “y volvías a casa con los zapatos llenos de albero y no podías decir que no habías estado”.
Ahora la feria es otra cosa y tenía otras actividades esos días como “el torneo de fútbol que me deja recuerdos de cuando vino el Castilla. La Quinta del Buitre estuvo aquí. Ahora nos volvemos a encontrar, pero ya en competición oficial”.
La feria como padres
Pasan los años y “las circunstancias cambian y vuelves al origen. Vuelves al carrusel, pero como padre. Ya miras de reojo al que te ha pegado el escobazo. Un camino al que vas valorando la circunstancias de la niñez. Hay cosas que no las entiendes y cuando eres padre y tienes hijos, las comprendes”.
Él, junto a Marga, son un matrimonio que busca inculcar valores a sus hijos. “Pienso que los que se dan en el ámbito familiar, quedan para siempre. Las cosas no son gratuitas en el día a día. Tenemos cosas que en otras partes del mundo, como Ecuador, son impensables. Tienen que valorar lo que tienen porque hay gente que no las pueden tener”.
Son años en los que “el grande no entra ya y el pequeño está en sus primeras salidas con los amigos. ¡Ahora entiendo totalmente a mi madre!” “En los 80 en los 90 era distinto a lo de hoy. Me imagino que sus miedos son los que tengo ahora. Duermes, pero con un ojo abierto y hasta que no escuchas el clic de la llave, no descansas”.
Amante de la feria de día. “Siempre lo he sido, quizá porque había años en la que trabajábamos de noche y no podíamos vivirla”. Por cierto, “nunca he entendido, aunque tenga sus normas, que cuando mejor te lo estabas pasando, era el toque de queda. El baile no es lo mío, pero la barra, estar en una mesa, hablar con el que estás al lado, vive fuera y viene a la feria, ése es la feria que me gusta”.
Pero ahora se ha vuelto a aficionar a la noche. “No te queda más remedio porque los niños quieren ir a los cacharritos, les gusta los conciertos, que han evolucionado mucho en estos años”. “En sus orígenes, la feria tenía un sentido y ha ido cambiando. El abanico de posibilidades que hoy ofrece es de tenerlo todo”.
La llamada para ser pregonero de la Feria
Y en esas que una noche le llaman para proponerle ser pregonero. “Impactante fue la llamada. Era por la noche y me apareció en el móvil el Alcalde. Y antes de descolgar, al ser las 10 de la noche, me dije que algún problema habría para que me llamara a esa hora. Pero ¡era para darme la noticia con la que no puede haber más honor y orgullo que poder transmitirles a mis paisanos mis vivencias en la feria en su pregón!”.
“Es para mí un honor y un orgullo que el Alcalde me comunicara que el Ayuntamiento quiera que pregone estas fiestas tan importantes y más en este año de efemérides”, nos confesaba tras hacerse pública la noticia.
“No me lo esperaba y no soy digno de tal honor, pero a nuestra ciudad no se le puedo decir que no y menos si te lo propone el Alcalde”. Abrumado y agradecido, se puso manos a la obra para estar a la altura de tal nombramiento.
Al hacerse público, no ha parado de recibir felicitaciones. Por destacarnos una…: “Vivo en un bloque de pregoneros de la feria. Cuando se hizo público, mi vecina me bajó en un casete la voz de Miguel Martín, entrañable locutor, en la que está grabada su presentación del pregonero del año siguiente que lo hizo él. Todo un detallazo”.
“Cuando estás en un sitio público al frente de una empresa tan grande, sabes que nunca puedes hacer las cosas para que le gusten a todos, pero lo de ser pregonero me ha mostrado todo lo que me aprecian, y eso te llena”.
Los mayores, muy presentes en su pregón
Le preguntamos cómo será su pregón y si en él tendrá lugar la presencia de los mayores y la pandemia, a lo que responde sin dudar: “Los mayores son mi vida, donde siempre han sido un referente. No voy a adelantar lo que voy a decir, pero van a ser protagonistas. No concibo una feria en la que no tengan protagonismo los mayores”.
Con ellos, la pandemia. “Fueron unos años muy duros, pero también bonitos y muy intensos”. Se emociona la recordar esos meses donde Serainant con sus trabajadores se adelantaron a las medidas del confinamiento.
Todo por el Pregón que “se está escribiendo desde el corazón, para lo que busco espacios que me puedan dar tranquilidad para escribir el pregón que se merece esta tierra”.
Nos emocionó con su oración al Cristo de la Misericordia, exponiéndole si tendrá esa carga de sentimiento. “No sé hacer las cosas de otra forma. No esperemos un pregón folclórico. Cada uno tiene sus cosas y yo tengo las mías”.
Vamos terminando, Pedro se muestra muy agradecido, querido, pero con mucha responsabilidad. “No puede hacer un pregón del 275 aniversario sin una referencia histórica, que la habrá. Pero lo que voy a decir, lo que es pregonar, van a ser mis vivencias desde lo más profundo de mi corazón”.
Una feria que hoy es: “Una imagen, para mí, concentrada en cinco días de lo que es actualmente la sociedad. Se trabaja por la innovación, llegar a niños, jóvenes, mayores, cada uno con su espacio”.
Por ello, el pregonero nos invita a vivir esta feria donde “espero que todos podamos disfrutar de esta feria y sea capaz el pregonero de transmitir a los antequeranos y visitantes un mensaje con mi pregón que el miércoles 23 se desvelará entre los que asistan al patio del Ayuntamiento”.