El pavimento del último tramo de calle Lucena, desde la confluencia con calle Medidores hasta San Agustín, que comenzaron las obras de remodelación el 26 de octubre y que tenían previstas su finalización en dos semanas se han visto prolongadas a tres semanas y media y hoy se han abierto de nuevo al tráfico rodado.
Se ha mejorado la zona de rodadura de los vehículos no sólo por el centro sino en ambas franjas y se ha vuelto a poner el pavimento actual echando cemento en la zona. Esta apertura al tráfico coincide con el corte provisional de calle Cantareros por el arreglo de los registros que existen en mitad de la calzada.
La calle, que hace unos años se reabrió al tráfico tras ser semipeatonal, sufre de hundimientos en la zona de la rodadura de los vehículos. Y precisamente esa zona, las dos franjas por donde pasan los neumáticos de los vehículos, es donde más ha sufrido un pavimento que estaba hundido, por lo que la acumulación de charcos en la zona era habitual.
Con ello, los que más han sufrido, aparte de los viandantes que más de una vez se han encontrado con la ropa empapada tras el paso de un coche, son los comerciantes. Ellos son los que más han vivido el problema, ya que el agua a veces entraba en sus establecimientos y, no sólo el agua, también “trocitos” de cemento. Más información, edición impresa sábado 21 de noviembre(pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).
