José María Fernández y José Antonio Muñoz Rojas suman 128 años de pasión y amor por Antequera, siendo dos de los personajes que más aportaron a la Antequera del siglo XX, por lo que el Ayuntamiento de la ciudad les rinde un nuevo homenaje, esta vez en dos esculturas de bronce, sentados en un banco en la remozada Plaza de San Sebastián de Antequera, realizadas por el artista Pedro Fernández Roales, visitadas este viernes 29 de diciembre por sus familiares y amigos.
Bajo el nombre de «El Arte Sin Tiempo», el Ayuntamiento de Antequera une a estos dos personajes que coincidieron en vida (de 1909 a 1947) y aportaron literatura y amor a Antequera durante el siglo XX.
José María Fernández (1881-1947) fue artista, historiador, archivero, cronista y colaborador de El Sol de Antequera. Su libro «Las iglesias de Antequera» es el mayor trabajo de investigación que se ha realizado sobre los monumentos eclesiales, siendo base de los posteriores libros.
Vivió en la época de Picasso, viajó por España y Europa, pero tuvo una vida desgraciada, viviendo solo y viendo fallecer a su esposa e hijos. Legó a la ciudad su patrimonio, una extensa obra de pinturas, dibujos y caricaturas que se han puesto en valor en el Museo de la Ciudad de Antequera, que le dedicó por fin una sala con su ampliación, siendo parte de una muestra temporal en esta época.
José Antonio Muñoz Rojas (1909-2009) es uno de los escritores andaluces más destacados de Andalucía, Premio Nacional de Poesía con «Objetos Perdidos» en 1998 y célebre por su obra «Las Cosas del Campo».
Perteneciente a una familia, los Muñoz Rojas, tan implicados en nuestra historia, como fue su aportación a los colegios de La Salle o su veneración a la Cofradía de los Estudiantes. Fue reorganizador de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera junto a Antonio Parejo y falleció días antes de cumplir los 100 años.
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Representa «un hecho idílico cuando Fernández propone trasladar la fuente desde el Mercado de Abastos a la Plaza de San Sebastián» y le está «pidiendo opinión a su amigo, a uno de los personajes más cultos, José Antonio Muñoz Rojas». El escritor «lleva en su mano la primera edición de las Cosas del Campo, que es la obra cumbre de la literatura de Antequera».
Por último, Barón tras enumerar otras esculturas como el Homenaje a la Semana Santa o al científico Michael Hoskin, destaca que «estamos creando una nueva imagen histórica de la ciudad que va a ser del agrado de los antequeranos y de todos los que nos visiten».
Mientras que el escultor Pedro Fernández Roales, destacó la «responsabilidad de unir a estos dos personajes, lo más complejo era el nivel de la plaza y el banco en el que estarían situados».
Por su parte, Manuel Infante, director del Instituto José María Fernández, se considera como «su hijo adoptivo, porque no tuvo descendientes y al ser director del instituto que lleva su nombre», así se considera.
«Agradezco lo que Antequera está haciendo en los últimos años por él. Su avenida, su sala, su nombramiento póstumo y su estatua. Fue un visionario del valor del patrimonio local en su época y un adelantado a su edad».
Mientras que Rafael Muñoz-Rojas Bayo, hijo del insigne poeta, expresó su agradecimiento como familia «estamos muy agradecidos, si mi padre hubiera visto esta estatua seguro que le hubiera encantado. Es una forma de perpetuar la memoria de mi padre que tanto quiso y difundió su tierra».
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