El arte y la ciencia son dos materias que no tienen por qué ir separadas, es más, la disciplina y la experiencia que ofrece una, se complementa con el sentimiento y la aleatoriedad de la otra. Para Francisca Rodríguez Pacheco, Paqui “La Morena”, ambas disciplinas van de la mano, completando su vida profesional estando una vinculada a la otra.
Procedente de Iznájar, su lugar de nacimiento, lleva residiendo en Antequera desde hace 13 años y 9 meses. Aquí nació su hija Manuela, y también su segundo ‘hijo’, su disco “Mi destino” que vio la luz el pasado 30 de junio en la sede de la Real Academia de Antequera, donde también presentó su libro “Vidas paralelas”.
Esta Doctora en Biología Molecular y trabaja en el Hospital Regional Universitario de Málaga en el área de Investigación Científica de Nutrición y Obesidad, a la vez en cantante y cantaora, no parando de formarse continuamente.
Sobre su disco, que contiene cuatro temas es su primer contacto con la música como tal, a pesar de llevar años sobre los escenarios: “Son cuatro temas míos que yo he escrito durante las madrugadas de trabajo, para mantenerme despierta cambiaba de actividad para romper la rutina y evitar el sueño. Y en ese estado de duermevela surgieron las canciones”.
A sus 46 años nos confiesa que “siempre he querido ser artista, siempre, he llorado muchísimo porque no tenía la manera de serlo. Le he puesto muchas ganas, muchas fuerzas y pienso que ves la oportunidad cuando deseas aquello, antes estaba disipados en una nube, cuando lo tienes claro, todo se ve, es increíble”.
Gracias a un empresario de Granada publica este disco y su libro, su cuaderno de viaje donde explica su día a día entre la ciencia y el mundo del cante, gracias a una empresaria antequerana. “Es fantástico, esas grandes ayudas, ya sólo con eso soy sumamente feliz”. En su libro ‘Vidas paralelas’ narra “como he llevado de la mano las dos cosas. Yo no nací bióloga molecular, yo nací artista, desde la humildad. Yo jugaba a cantar, a interpretar, yo nací artista, siempre ha estado conmigo, lo he ido llevando y cultivando conmigo”.
Ambas publicaciones la ha hecho sentir “artista, me he sentido protagonista, estrella, me he sentido amada, querida, valorada, admirada, es una forma de amor también el disco, porque si despierto en ti sentimientos y emociones, cuando me escuchas es una forma maravillosa también de amar a los demás, es lo que me hace sentir mi música”. Aunque a la vez confiesa “es una cosa muy humilde, chiquitita, pero llena de amor”.
El trabajo, el aprendizaje de canto y de cante flamenco no han cesado, siendo alumna de Pedro Gordillo. La música el flamenco le ha acompañado siempre desde Iznájar y Córdoba a Edimburgo, Santiago de Compostela, Málaga, Suecia, Alemania y Estados Unidos, y también, Antequera.
Todo se inició en la pandemia
Desde que siendo pequeña cayó en sus manos una cinta de colombianas, Paqui ha ido sumando música y cantes que la han llevado al flamenco, a aprender y seguir formándose, y por supuesto a cantar.
“Yo vinculaba el flamenco a esos sitios donde trabajaba, no puedo vivir sin esto, y cantaba gratis en los escenarios con mi hija pequeña al lado”.
En la pandemia llegó su proyecto “Morena in crescendo” donde canta y cuenta “mi trayectoria como cantaora autodidacta a cantaora de clases de flamenco, cómo Morena crece en el arte”. Ahora su destino pasa por seguir mostrando su arte y todo lo que la ciencia y la música, la música y la ciencia nacen de su alma como artista.
