Hay veces en la vida en la que los «ángeles de la guarda» aparecen cuando menos te lo esperas… como el caso de Elena Becerra Segovia, enfermera de 38 años que esta mañana ha salvado la vida a un bebé que se atragantaba con un plástico cuando iba en el coche de su madre a dejar a su hermano en el Colegio de Nuestra Señora del Carmen de Antequera.
Al parecer, según fuentes presenciales, la madre del bebé iba en coche para dejar a su hijo en el Colegio, pero en la calle Encarnación, próximo al Coso Viejo, tuvo que parar al percatarse que a su otro pequeño le sucedía algo: se estaba atragantando.
Momento en el que paró en la calle, salió del coche, cogió a su pequeño y tuvo la suerte que pasaba justo en ese momento, Elena, que es enfermera, se dio cuenta de la situación y le realizó los primeros auxilios, salvándole la vida.
Mientras, la Policía Local se personó y llamó a la ambulancia, pero no hizo falta su participación, ya que Elena, pudo resolver la situación. La historia tuvo un final feliz, el malrato se lo llevó la madre y el pequeño, recuperado de su dolencia, volvió a la normalidad.
Ahora habría que insistir en que toda persona supiera cómo reaccionar antes estas circunstancias porque como dice la «salvadora» del bebé: en cualquier momento puede pasar y los primeros auxilios son vitales hasta que llegue la ambulancia si fuera necesario.
Así fue cómo sucedió el percance con final feliz
Elena tiene 38 años, es enfermera y actualmente está en excedencia, cuidando de sus tres hijos. Hoy, como todos los días, fue a dejarlos al Colegio de Nuestra Señora del Carmen y subía por calle Encarnación cuando vio que un coche paraba y salía alertada una mujer con un bebé en brazos.
«De pronto vi mucha gente a la altura del Coso Viejo y una mamá ansiosa con un bebé, diciendo que se estaba atragantando, por lo que me crucé de acera, le cogí la criatura en algo que es instintivo en un profesional sanitario como es mi caso, tras tantos años en Urgencias y en la ambulancia».
Viendo la situación, empezó con la «maniobra de heimlich, que al ser un bebé lactante, es la que hay que practicarle porque tenemos que diferenciar entre niños mayores de un año o adultos, y bebés lactantes. Los más pequeños no puedes toser, por lo que hay que ayudarle para que ese cuerpo extraño de tu organismo lo expulse».
Como era un bebé y no podía colaborar «lo que tenemos que hacer es ponerlo con la cabeza colocada en la palma de la mano hacia abajo, el cuerpo en el brazo y con la otra mano realizar palmadas en la espalda para que ese objeto salga».
Así, «cuando realizamos esas palmadas, volteamos al bebé y con la otra mano hacemos un vistazo en la boca para ver si podemos sacar el objeto que le atragantaba, pero yo no notaba nada, por lo qie seguimos haciendo la maniobra».
Mientras, «dije que llamasen a una ambulancia porque no sabemos cómo puede desembocar esta situación; lo normal es que derive en una parada respiratoria, porque a los bebés no se les para el corazón, se paran respiratoriamente y luego hacen una parada cardiaca».
Llamaron a la ambulancia «y yo seguí realizando la maniobra, la realicé como unas 4 ó 5 veces, cada vez que le hacía el barrido en la boca no sacaba nada, y en la última de las veces, la madre se dio cuenta y dijo que lo había echado, miramos al suelo y había un trozo de plástico».
Fue cuando «incorporamos al bebé, esperamos al menos ver cómo reaccionaba; los bebés tienen eso, que reaccionen rápidamente y se puso feliz y quiso jugar hasta con un perro que había cerca».
Lo que hay que hacer: formación
Si hubiese sido una parada, «al no pasar el aire, te produce una parada respiratoria. ¿Qué debemos hacer por si nis pasara en otra situación? Como es un bebé, lo primero son cinco insuflaciones, insuflar es el boca a boca cinco veces, esto si se fuera parado, si no fuera respondido».
Ante estas situaciones: «Mientras el bebé esté despierto y tenga conocimiento hay que seguir haciéndola, hasta que lo eche lo que tenga. Y pasaríamos al masaje cardíaco si no lo hiciera. 30 compresiones y 2 insuflaciones, así hasta que lleguen los servicios de emergencia».
Nunca sabemos cuándo te puede pasar, por lo que ante estos casos, Elena Becerra recomienda: «Es fácil decirlo ahora, pero lo primero y más importante es mantener la calma, aunque es lo más difícil en esta situación, de hecho la madre es enfermera también como yo y la madre es madre lo primero, como a mí me hubiera pasado con mis tres hijas. Es complicado mantener la calma cuando te toca a ti».
Si fuera un niño de más de un año o un adulto: «Nos ponemos por la parte de atrás, colocamos las dos manos en la boca del estómago y hacemos un movimiento hacia dentro y hacia arriba, para que su cuerpo expulse para fuera lo que lo obstruye».
El tiempo es vital, «por eso llamar a la ambulancia es lo primero. La reanimación básica es algo que debería saber todo el mundo, porque son los primeros minutos los que realmente podemos salvar la vida».
Por último, confiesa que es su trabajo, como el de todos los sanitarios que, sin saberse se encuentran en muchas situaciones parecidas cuando van en la ambulancia o estáns en los centros hospitalarios. Se queda que «cuando el niño se ha despertado, ha sido gracioso porque ha visto al perro y se ha puesto a mirarlo, y yo le he dicho a la madre que le mirara y viera que estaba bien, se lo he dado terminó todo».