El directivo y devoto Ángel Luis Pérez Reina realizó un emotivo y sentido Pregón del Martes Santo de Antequera de 2020, a mediodía de este domingo 1 de marzo, tras la primera misa del Quinario de la Cofradía del Rescate.
A las 12, misa parroquial e inicial, presidida por los trinitarios Isidoro Murgiego y Ángel García, colocándose las imágenes del Señor del Rescate en el centro, y a ambos lados la Virgen de la Piedad y el Señor de la Piedad, sobre dosel a un lado del presbiterio.
Tras la Eucaristía, el directivo Miguel Ángel Sánchez Montes dirigió el acto, para empezar con un concierto por la Banda de Cornetas y Tambores “La Victoria” de Málaga, que interpretó: “Rescate” de José Pérez del Pino; “¿Eres Tú, el Rey de los judíos?”, estreno de José Bazalo y Carlos Muñoz; “Yo soy”, estreno de José Daniel Vela; “In Memoriam” de José Bazalo; y “La Victoria de María” de Salvador Quero.
Luego, la pregonera del pasado año, Fany Muñoz, presentó a su sucesor, evocando su lección de oratoria del pasado año, ambos con un solo de corneta dando paso.
Fusión de poesía, prosa y devoción
Llegó le turno de Ángel Luis Pérez Reina, quien empezó recitando estos versos:
“Ojos tristes, moreno y gitano,
manos atadas con cadenas de seda
en busca de quien desatarte pueda
y llevarte por las calles de la mano.
Acompañado por tu Madre, esa buena mujer
en una hermosa noche de sereno
siempre ocupada por el amor ajeno,
repartiendo bendiciones y amor por doquier.
Ríos de luces te iluminan
cargados de promesas y esperanzas,
esperando que sus plegarias y ofrendas
sean oídos mientras te acompañan.
Un balcón en el cielo brilla más que los demás
son todos los que nos faltan
pero que con nosotros siempre están.
Penitentes, mantillas y hermanacos
hacen de sus oraciones una voz, una soledad, un escenario
y este es señores, Antequera el Martes Santo”.
Tras agradecer a Fany Muñoz, Julio Matas y Manuel García de la Vega por sus consejos, empezó destacando lo que para él significa estar en una cofradía: “Este hecho le ha dado sentido a mi vida, porque me ha permitido compartir una serie de experiencias vitales con cada una de las personas que han pertenecido y pertenecen a la Cofradía a lo largo de estos 30 años”.
Defendió a las cofradías como y sus procesiones que “hacen a la iglesia más grande si cabe, puesto que en aquellos lugares donde no tienen la dicha de que existan cofradías, hay más vacío de contenido cristiano en relación con los pueblos donde las hay”.
Tuvo palabras para los cristianos perseguidos y agradeció a su mujer Milagros, ser su eje central en su vida: “Una persona vital en este menester en mi familia es mi mujer, a la que tengo que agradecer públicamente que sea ella la que persevere día a día, para que tengamos siempre presente en cada uno de los aspectos de nuestra vida a Cristo”.
Se preguntó qué piensa y siente la juventud, como sus hijos Ángel y Rocío (¡qué bien recitó los versos que le encargó su padre!), quienes deben ser el futuro de las hermandades. Fue cuando empezó a describir su particular día: “Amanece Martes Santo de un año cualquiera. Nada más abrir los ojos ya siento ese pellizco en el alma, que me tendrá nervioso todo el día. Como si fuera la primera vez”.
Sus vivencias en Martes Santo
Emotivas palabras al recordar quienes ya no están, pero siguen preparando el Martes Santo como si estuvieran aquí en La Trinidad: Julio Matas Macías, Juan Vegas, los trinitarios Jesús Calles y Bonifacio, Rafael Campos, Pepe Montes, María del Mar, Isabela Pérez, Juan Zurita, Antonio García, Leonardo Ramos, la Niña de Antequera, Muñoz Iñigo, Rogelio García o su madre, entre otros muchos.
Llega mediodía, la hora de la misa en La Trinidad y el pregonero destaca: “Al otro lado, su madre, mi madre. ¿Cómo es posible que siempre que me pongo delante de Ella, al instante, me embarga una sensación de paz y sosiego tremenda?”.
Le dedicó unos hermosos versos:
“¿Qué decir de ti, Madre Mía
que Antequera ya no sepa?
¿lo mucho que yo te quiero?
no sabría cómo explicarlo,
ni pretendo que lo entiendan.
¿Qué decir de ti Piedad,
¿Qué Antequera no sepa?
¿Qué eres flor entre las flores
y divina flor de Pureza?
¿Que eres plegaria y rezo
y eres compás de cadencia?
¿Que eres la dulce armonía
y eres la Esperanza eterna?”
Y llega el momento de amarrar y el pregonero que siente como el Señor le habla: “Es una de las cosas que más disfruto del Martes Santo, Nuestras conversaciones, sinceras, sin nada que ocultar, en las que me escucha, aconseja e instruye”.
Luego viene el inicio de la procesión, donde Ángel destaca las palabras de Guillermo Ramos, su hermano mayor, antes de salir: “No son palabras improvisadas, vienen ya meditadas, y que nos servirán como espuela a nuestros sentimientos”.
Y nada más salir el primer encuentro de Hijo a Madre y comienza la procesión, narrando calle a calle con especial detenimiento al llegar a la iglesia patronal de Los Remedios: “Madre Antequerana y nuestra, Remedio de lo malo, Piedad para mis hermanos”.
Y para terminar, llegada a la Cruz Blanca: “Madre e Hijo frente a frente, y sus cinco lágrimas van desapareciendo porque su hijo le da las gracias por ser la Piedad de su pueblo”. Puso al templo en pie y recibió una más que merecida ovación por hacer hablar a su corazón.