Antequera tiene una historia entre sus cofradías, con devoción, patrimonio y tradiciones. En los últimos años, surge la necesidad de actualizar y buscar fórmulas para que la procesión pueda ser un elemento ordenado y que conmueva y no pierda el arraigo.
Hoy no se inquieta como siglos atrás con la realidad de las imágenes que los escultores nos dejaron, sino cómo pasar por las calles en una procesión. Y en esto, los de San Pedro están posicionándose como una cofradía que sabe lo que la calle quiere y lo consigue.
Como ya realizaran en 2022, apostaron por Lucena, Duranes y Calzada antes que San Pedro. Medida que dejó a la ciudad sin su apreciado «encuentro» con los Dolores en Santiago. Y como pasara el año pasado, atrajeron a más gente que sus vecinos de día de salida.
El sol penetraba en la puerta de San Pedro con una abarrotada plaza, decorada con banderolas de la cofradía. Toques típicos de la puerta y se abre para la salida ordenada de todo el cortejo.
El primero que lo hace es el Cristo de la Misericordia donde tras el «arriba», ya se ganaron a la plaza con la sincronización de las marchas de la Banda de Cornetas y Tambores ‘Entre Azahares’ de Dos Hermanas (Sevilla) con los hermanacos. Primero aplausos y primer gesto de esa conexión con la calle que consiguen los de San Pedro.
Y tras el trono de misterio, la Virgen del Consuelo. Viejos devotos que un año más esperan el «arriba». Dedicatoria al cielo por parte del hermano mayor de insignia y tras estar sobre sus hombros, el vals típico y la emoción de los devotos. La Asociación Musical y Cultural Maestro Alfredo Martos de Linares (Jaén) que parte como un grupo de hermanacos más de los 102 de la Virgen, siendo ya el trono que más lleva en la ciudad.
Los hermanacos fueron sin capuz, algo propio de la ciudad. El motivo: la empresa realizadora de las nuevas túnicas que estrenaron en la Magna, no entregaron a tiempo los mismos, por lo que desde la Cofradía informan que «de forma extraordinaria, el hermanaco de ambos tronos no portará ni capuz ni pañuelo de cuello», según comunicaba días antes la Directiva.
Primeras petaladas y bajada por Lucena para entrar el buque con submarino por calle Duranes. El año pasado ya mostraron su rumbo. Éste exhiben que es ya una realidad en la búsqueda de unir música con belleza y buen hacer de los hermanacos. Emoción entre devotos presentes y aplausos de las aceras. ¡Cómo estaba la Plaza de San Francisco! Y la Calzada.
Aflojó el público por Encarnación y paso por la remozada calle Infante don Fernando. Entrada en Cantareros, Laguna y la gente que se concentra en la doble curva. Otra forma de su procesionar: buscar lo novedoso y allí estuvo la gente.
Subida por La Vega y complejidad por los cables de la calle en el Cristo de la Misericordia. Bajada por Porterías, saludo con los del Rescate y bendición de la vega. Búsqueda del orden milimétrico para que no sea pesado verlos pasar.
Y las vegas. ¡Cómo estaba la Cruz Blanca! No recordamos un año así. Apenas unos metros libres para que los tronos pudieron empezar a subir. En la del Cristo, se resbaló su hermano mayor de insignia, reaccionando rápidamente para reincorporarse y dirigirse a San Pedro.
Terminaba la noche con el encuentro entre las dos imágenes, las últimas marchas y el adiós a un año donde los del Consuelo presentan sus credenciales de la nueva forma que se implanta en esta Semana Santa.
Preparar cada detalle de la procesión para que las aceras se sientan sorprendidos de cómo pasan por ellas. Es lo que hace que muchos jóvenes cofrades se vayan a otras localidades en esa búsqueda y los de San Pedro quieren atraer al público a su cortejo.
Una cofradía que apuesta por un nuevo recorrido, con la sincronización perfecta entre hermanacos y bandas y que promueven el reparto de estampas, profusión de petaladas y vítores. Es la nueva forma de entender y sentir la procesión de la Cofradía del Consuelo en el Jueves Santo antequerano.
https://youtu.be/TP56CcEMx9E
https://youtu.be/zNUgiNgiPOI
https://youtu.be/Vy6LmP6GQdc
