La procesión de la Virgen de la Salud el domingo 10 de noviembre a mediodía cerró los cultos anuales a la advocación mariana que preside el camarín de la iglesia parroquial de Santiago de Antequera.
La novena desde el sábado 2 de noviembre y hasta el mismo domingo 10. Hubo misa los días que coincidió con la Eucaristía parroquial, presididas por el párroco Francisco Aurioles.
A las 11 de la mañana, partió el cortejo desde el templo parroquial de Santiago y recorrió el barrio. Lo abrían tres acólitos portando una cruz parroquial y dos faroles antequeranos. Seguía una quincena de devotos alumbrando con una vela, el guión de la cofradía y la capilla musical “Lux Aeterna” que acompañó con cánticos antiguos a la Virgen.
Seguían cuatro acólitos con faroles antequeranos, así como otros tres de monaguillo turiferarios. Y la Virgen de la Salud, dirigida por su hermano mayor de insignia, José Castillo Díaz, que iba al frente de 14 hermanacos, vestidos con traje, que este año procesionaron en las andas del Señor de la Piedad del Rescate.
Por último, el hermano mayor Miguel Rodríguez Fernández acompañado por la representación municipal formada por el concejal José Medina Galeote representando al Alcalde, así como los ediles: María Sierra, José Luis Ruiz, Dolores Melero y Jaime León. Luego se sumó el teniente de alcalde Alberto Arana.
El cortejo recorrió: Santiago, Belén (entrando al patio del templo donde las monjas les recibieron con cánticos), Puerta de Granada, San Roque, Callejón San Roque, Plaza de San Roque, calle Era de San Roque, calle Molinos (destacando el adorno de los vecinos), Cuesta Merino, calle Cazorla, calle Hornos, Rodalcuzas, San Pedro, y regreso a Santiago pasadas las 13 horas.
A pesar de la novedad un domingo por la mañana, no tuvo el respaldo de público esperado, tal vez por coincidir con un acto tan importante como la misa del cierre del Tiempo Jubilar de Madre Carmen.
José Antonio Morales se encargó de vestir a la Virgen con el terno bordado de seda y plata con motivos de espigas, de la segunda mitad del XVIII. Lazos de espolín de seda y joyas de su ajuar. Floristería Miriam se encargó del adorno floral del trono de la Virgen de la Salud.