Caluroso día el que coincidió con la procesión de la Virgen del Carmen el sábado 8 de julio. 38 grados al salir en una semana con ola de calor. A las 20,30 horas partía el cortejo desde la barroca iglesia que pasó por su barrio, zona alta, plaza de San Sebastián hasta regresar a su templo pasadas las 24 horas.
El sol acompañó a la imagen de José de Medina en sus primeras calles, pasando por Niña de Antequera, Colegio y Arco de los Gigantes, con fusión de arte dibujado por el sol del atardecer, las torres, los monumentos y el trono meciendo al sol de la Banda Sinfónica de La Trinidad de Málaga. Un trayecto de altura que debería ser seguido por más cofradías.
José Rodríguez León fue el hermano mayor de insignia al frente de 81 hermanacos (64 por fuera vestidos con pantalón oscuro, camisa blanca y escapulario carmelita; y 17 en el submarino, entre ellos la teniente de alcalde Elena Melero). Una imagen vestida por José Carlos Jiménez que le colocó un antiguo hábito de sedas y oro de dos torcerles del siglo XVIII.
Junto a él, pecherín de antiguos bordados traspasados por Cristina Vadillo. Broche de Ave María en nácar y corales de Raúl Cejas. Broche de plata del XIX con pintura de Ignacio Rengel. Otro broche de plata del XVIII con un esmalte de la Virgen. También lució guirnaldas en metal dorado para la peana realizadas por orfebrería Montenegro.
Floralmente, José Antonio Narbona se encargó del adorno floral con varias naturales a base de helechos, eucalipto, calas, flor de cera, lisianthus y mini anthuriums. Que se colocaron junto a otras flores de aluminio y seda, realizadas con cristales y minerales tratados, canutillo de oro, lentejuelas y otra bisutería, así como conchas naturales e imitación de coral y hojas de tela dorada.
La procesión por las calles
Entrada por Rastro ya con el atardecer, paso por la encrucijada de caminos entre Caldereros y Viento para tomar paso por Pasillas, Peñuelas y bajada por Nueva, una calle cofrade desaprovechada, estrecha, con sabor a pedir más tronos por ella. Triunfal paso bajo el Arco del Nazareno, donde aguardaban vecinos que querían ver la llegada de la imagen ante la puerta de la iglesia mayor y colegial donde aguardaba el arcipreste Antonio Fernández que rezó a la Virgen. En el camino también tuvieron el acompañamiento del carmelita Antonio Jiménez.
Subida por Zapateros y otra calle estrecha, la del Río, donde las petaladas y vítores salían de los balcones de los vecinos que esperaban al paso de la bella Virgen del Carmen. Calle Carmen, Plaza del Carmen y regreso a su templo pasadas las 24 horas.
Un cortejo abierto por una cruz parroquial y dos ciriales, el guión acompañado por la teniente de alcalde Teresa Molina que representaba al Alcalde y la concejal más joven, Marta González. Pequeños vestidos de frailes carmelitas, cuerpo de acólitos con ciriales y turiferarios, el trono de la Virgen, la banda y devotos del barrio.
Al regresar al Carmen, el cofrade Carlos Montes pidió a los hermanacos, dedicarle la última mecida de la Virgen al responsable del grupo parroquial, Antonio Rico, que iba en el submarino. La banda interpretó la última marcha, mientras que la Virgen mecía hasta llegar al Altar Mayor con el impresionante retablo. Concluía esta nueva procesión de Gloria.