Cada imagen, toda cofradía, cualquier barrio de nuestra ciudad, tiene ese lazo de unión de los vecinos con las imágenes del templo cerca de casa, por el que pasan a diario, por el que viven los buenos y malos momentos de la vida.
Uno de esos barrios es del Portichuelo, donde hay dos hermanas, Dolores y María Gago Calderón, que tienen en la Virgen del Socorro a su referente. Dolores (28 de enero de 1961) vive en la calle Herradores y María (10 de marzo de 1968) en la Cuesta Caldereros. Son hijas de Manuel Gago Reina y Francisca Calderón Bueno.
La Virgen del Socorro está presente en cada rincón de su barrio y en muchos de la propia ciudad de Antequera. Pasear por sus calles es ver el escudo de la Cruz de Jerusalén en sus puertas y entrar en casas o establecimientos es admirar alguna fotografía o cartel de sus titulares. Son las propias capillas votivas que el tiempo alzó como las presentes en el propio Portichuelo, Cruz Blanca o Santiago. La identidad de un barrio y la memoria de un pueblo.
Quedamos con las hermanas Gago Calderón, quienes nos comparten lo que supone para ellas la Virgen del Socorro y su cofradía. “Yo vivo en la casa de mis padres y tengo devoción porque ellos y mis abuelos y mis tíos la tenían. Incluso una tía mía que vivía en Lérida, cuando venía tenía que ir siempre a verla”. Como mínimo, es la tercera generación: sus abuelos, sus padres y ahora ustedes.
¿Qué relación llegaron a tener con la Virgen? “Fueron devotos de barrio, como lo somos todos en el Portichuelo, como nosotras. Tenemos la Cruz de Jerusalén en nuestra puerta. Yo le pregunté a Pedro Palomo que cómo podía conseguir ese escudo que tenía en su casa de calle Herradores. Me dijo que Jesús Romero se lo dio y un día se lo pedí y me lo trajo Serafín y se lo pusimos a cada casa de las dos”.
¿Cómo era esa devoción de niñas, cómo se acercaban a ver a la Virgen? “Tenía la iglesia unos porteros y nosotros nos hicimos amigas y muchas veces nos decían: ¿queréis verla? Y entrábamos y nos quedábamos prendadas de verla a Ella. ¡Es que la queremos mucho!”. ¡Lo que hace hoy la bendita ventanita! “Siempre que pasas, ves a alguien, sea la hora que sea. ¡Ay, la pobretica mía que siempre estamos pidiéndole!”.
Ver a la Virgen del Socorro
en el interior de su camarín
Y si nos quedamos maravillados cuando la vemos desde la ventanita de la puerta de la iglesia, cuando se tiene la suerte de ir al camarín… “Eso es maravilloso. No hay cómo decirlo. Yo me acuerdo que vino una excursión y estaba limpiando mi casa. Entonces escuché decir a una mujer que la Virgen del Socorro tenía un camarín y una iglesia que eran una maravilla. Pero resulta que la habían visto en persona y se quedaron cortos ante esa imagen tan maravillosa”.
Ustedes que son de aquí del barrio, ¿por qué hay tanta gente vinculada de los pueblos próximos del sur del Torcal? La Joya, la Higuera… “Porque el campo está muy vinculado de siempre con la Virgen del Socorro. También los hay en el pueblecillo, en Villanueva de la Concepción, y todos dicen lo bonita que es. Por cierta, que de allí era nuestra madre Francisca”.
¿Y el Viernes Santo, cómo participáis? “Yo empecé a alumbrarle a mi Virgen del Socorro cuando tenía 15 años, porque mi madre había estado siempre muy mala del riñón y resulta que estuvo muy mala, muy mala. Entonces yo le dije, a mi Virgencita del Socorro: ‘¡Tú sabes que para mí mi madre era lo más grande y lo que te pido es que la cuides todo lo que puedas y que mientras yo tenga fuerzas, mientras pueda, saldría alumbrado y si Dios quiere, este año llevaré 40 años”, nos dice emocionada Dolores. Mientras que María nos comparte que Gonzalo Ruiz la fichó y “todos mis compañeros estuvieron de acuerdo y yo estoy en la directiva. Ayudo en lo que haga falta. Cuando limpio su camarín, digo por dentro: ¡bendita sea la hora que me he metido aquí!”. Vecina y directiva y una de las mujeres que puedes ver con mayor frecuencia si pasas por Santa María de Jesús.
¿Cómo explicaríais vuestra devoción hacia Ella, lo que sentís al verla? “Para mí, mi Virgen del Socorro es mi madre, mi hermana, mi hija, mi compañera, a la que le cuento muchas cosas… Que sí, que no me ha podido hacer ese milagro que le pedí, pero lo ha hecho todo lo posible hasta última hora. Yo me acuerdo que mi marido siempre que iba a la quimio, iba a la iglesia a pedirle un día más, un día más… hasta que el pobre de fue con Ella”, nos comparte emocionada Dolores. Él iba y se agarraba con todas sus fuerzas a la ventanita para pedirle ayuda. La fe. Falleció de cáncer.
¿Son ustedes quienes notan que sonríe o se muestra triste cuando hablan a la Virgen según lo que les compartan? “Cuando se había operado mi marido, la operación no salió bien. Y el padre Tomás dijo que muchas veces hay que mirarle a los ojos y en los ojos te dice lo que pasa. Me acuerdo yo que le besó la mano en su día y yo me puse delante de Ella y le miré los ojos. Mi Virgen del Socorro tenía los ojos llenos de lágrimas y me estaba diciendo, con todo el dolor de su corazón, que no me lo podía curar. Para mí ese día me demostró lo que me quería porque Ella sabe lo que es mejor para cada uno, nos duela a veces lo que ocurra”.
A María le pedimos que para que no nos quedemos en el Viernes Santo, en la muerte, sino en la resurrección, suponemos que habrá muchos momentos de esperanza ante Ella. “Vienen muchos padres con sus niños, recién salidos del Hospital, para ponernos a los brazos de la Virgen del Socorro. Se lo presentan o lo pasan bajo su manto”. Es el relevo de una nueva generación, de futuros campanilleros de lujo. Hemos hablado de la Virgen, pero ¡qué decir del Nazareno! “El Nazareno es una talla muy bonita que tenemos aquí”. Nos comparten lo bien que ahora han aumentado el fondo y también se ve su altar desde la ventanita.
Vamos terminando la entrevista, ¿algo que nos podáis contar que no se sepa o que os gustaría compartir como ejemplo de esta devoción tan grande? “Una mujer venía de Sevilla a alumbrar a la Virgen del Socorro el Viernes Santo y le escuché decir: ‘Yo soy de la Macarena, para mí la Macarena es lo más grande; pero esta Virgen no se queda atrás…’. Y yo le dije: ‘Mire usted, mi Virgen para mí es tan grande como para usted lo es la Virgen Macarena y lo veo porque con la manera que me lo ha dicho, se nota que tiene pasión por Ella’.
También hay una persona que está muy mal económicamente y las joyas que tiene ella de la familia se las ha donado a la Virgen del Socorro. En vez de dárselas a sus hijos, pues que las disfrute Ella. Y hay personas que están muy mal, que es que le hace falta, y sin embargo, las joyas que tienen se las donan a Ella”.
Las cosas de la Virgen del Socorro, la Virgen que está más cerca del Cielo en Antequera. Y es que tiene tantas cosas de historia, de patrimonio y devoción y entre ellas, gracias a esa ventanita bendita y a este barrio que la cuidáis y que la protegéis. Hoy no paran los turistas que vemos, no paran las excursiones y en los pisos turísticos, pero miran, se llegan a la iglesia y se dejan seducir por Ella. Son los sentimientos de María, casada con Francisco Rodríguez Ramírez y que tienen una hija, María. Y de Dolores, que se emociona al hablarnos de lo que padeció su marido José Jesús Zambrana Zambrana. Tiene dos hijos: Loli y Laura. Son, devociones a la Socorrilla de estas hermanas de sangre y hermanas de devoción en nuestra Madre, la Madre de Dios del Socorro.