María José Sánchez Arias es devota de la Virgen de la Soledad. Nació el 19 de marzo de 1976 en Antequera. Hija de Ramón Sánchez Pérez y Carmen Arias López. Está casada con Antonio Jesús Muñoz Díaz. Tienen dos hijos: Javier y Julia. Trabaja de administrativa y tiene en la Virgen de la Soledad su gran devoción.
Precisamente ésta, surgió de la acera, al verla y sentir la necesidad de acompañar a la Virgen de la Soledad como penitente. Después entró a formar parte como directiva. Comparte su fe, lo que ve en Ella y cómo se acerca a su Virgen para pedir, pero sobre todo, para darle las gracias.
Las devociones son amplias, diversas, genuinas, diferentes, auténticas, propias, únicas y todas ellas, en muchas ocasiones, rozando el anonimato. Llegamos al Barrio del Carmen, a la Cofradía del Santo Entierro y la Virgen de la Soledad que procesiona el Viernes Santo y en ella nos encontramos con María José Sánchez Arias, con quien queremos profundizar en dónde nace ese arraigo que tiene a su Virgen. “Mi devoción surge de verla en la calle desde la acera. Recuerdo que cuando se reorganizó la cofradía en la Semana Santa del año 1988, yo tendría unos 12 años y a mí la verdad que me gustó mucho, pues por la forma en que iba procesionando por las calles, con su solemnidad, el silencio… Y la verdad que me cautivó la curiosidad de formar parte de esta cofradía”.
Y ¿cómo contacta para entrar en ella? “Empecé de penitente en su cuerpo procesional y normalmente siempre he ido rezando el rosario, al lado de Fernando Rosales, con quien luego entré en la Junta Directiva”. ¡Qué contraste de Viernes Santo en Antequera: los encuentros de Paz y Socorro, la marcialidad de sus desfiles, “correr las vegas” y… La Soledad! ¿Qué tiene esta cofradía para María José, que le llena, que le hace seguir en ella? “A mí me llena Ella, la Virgen de la Soledad y luego su forma de procesionar, de cómo se lleva a cabo todo para ponernos en la calle, tras lo que se vive durante la Cuaresma con el triduo y toda la preparación. Y cuando la ves, pues…”. Te enamoras.
Por lo que nos describe, es más de la Virgen que del Cristo. “Sí, más de la Virgen que del Cristo. Cuando la ves y te pones delante de Ella, sientes mucha paz, mucha tranquilidad y dices: ¡Virgen de la Soledad, aquí estoy para lo que quieras!”. Y el Cristo Yacente, impone. “Sí, impone mucho”. Al que también reconoce que tiene su momento.
Una cofradía que se reorganiza en 1988 y va buscando y encontrando su sitio y en los últimos años, se respira que va reclamando más la atención de las aceras y en el Viernes Santo de Antequera. “Por supuesto, cada año hay más afluencia de gente.
Puede que busquen algo distinto en ese momento tras el Socorro y la Paz. A lo mejor buscan ese silencio y ven la solemnidad con la que nosotros vamos “. Pero antes, esa salida impresionante desde el interior de la barroca iglesia del Carmen. “Es impresionante, yo lo digo muchas veces, el que no lo sepa, que vaya y con las luces apagadas y sólo iluminada con la luz de las velas y cómo es su salida organizada”. ¿Dónde está en la procesión ahora María José? “Rezando el rosario junto con Fernando Rosales”.
¿Qué se le pide a una imagen que representa la Virgen en Soledad que acompaña a su Hijo, el Señor Muerto? “Hay imágenes que representan el Santo Entierro como las nuestras. Para eso tienes que tener fe. Y si tú tienes fe, pues ves en Ella lo que te hace, seguir adelante y te cuesta trabajo salir de ahí”. Cuando ha ido de penitente, ¿siente la fe en las aceras, con las miradas, los gestos, los rezos, santiguarse? “Cada uno interioriza su fe y cuando vas en silencio muchas horas por la calle, vas pensando, recapacitando el por qué estás ahí. Porque tienes que tener fe para sentirlo”.
La Virgen de la Soledad
en su vida, en el día a día
Suponemos que en su vida, cuando se casa, cuando tiene hijos, cuando tiene que pedir o dar gracias, tendrá presente a su Virgen de la Soledad? “Cuando me casé y tuve mis niños, yo todavía no estaba en la cofradía como ahora. Pero sí te comparto que a raíz de todo mi tratamiento que yo he pasado, recuerdo que cuando yo terminé mi quimio, mi radio y todo mi proceso… yo fui a la Virgen de la Soledad y le llevé un ramo de flores como agradecimiento que lo había superado”. Las gracias son más profundas que las peticiones en muchos de los casos.
Muchas veces decimos que nos acordamos sólo para pedir, pero en su caso, de dar gracias. “Se pide mucho, quizá más, pero también se dan las gracias y más veces de las que creemos”. Nos ha sacado el tema y agradecemos a María José que no tenga problema en decirlo y no sabíamos cómo preguntárselo. ¿Cómo ayuda la fe a superar dificultades como la suya con el cáncer? “Son un poco más llevaderas. Yo, en mi caso, tenía mucha fe, sigo teniendo fe y es que es parte de mi vida. Entonces si yo no tuviera fe, pues a lo mejor con el tratamiento, se superaba, se lleva, porque en las molestias físicas son igualmente con fe, que sin fe no, pero no te tienes dónde agarrarte, dónde pedir, dónde rezar, dónde… Y con fe, sí se tiene”.
Nos fijamos mucho en cómo se ve desde abajo, cómo le queda al manto, que si lleva ráfaga o corona, o los candelabros, o las flores… Mucho en lo externo y no a veces tanto en lo que se transmite, en lo que ven personas como María José. “Por supuesto que ves que tiene un manto precioso, que Ella es muy bonita, que siempre va vestida muy elegante, y eso a simple vista, cualquier persona lo puede apreciar. Ya cada uno, dentro de la fe que tenga, pues interiorizará un poco más o menos”. ¿Qué nos recomienda una devota como María José para ir a ponernos delante de su Virgen de la Soledad? “Pues porque tienen que ir a verla. Se lo digo a mis familiares, como los primos que tengo fuera de Antequera y les digo que tienen que venir a visitarla, que tienen que venir el Viernes Santo”.
La Coronación de Mena y la Magna
En los últimos años, tras ceder el palio para la Coronación de Mena en Málaga o la Magna en Antequera, se ha dado un vuelco a la admiración y conocimiento de la Virgen de la Soledad en Antequera y fuera de ella. “Pienso que cada vez es más conocida. De hecho, en las calles se ve cada vez mucha más afluencia que hace 20 años a lo mejor. Creo que es muy conocida, que es parte de la Semana Santa de Antequera, de lo que la hace única como todas las demás cofradías”.
¿Qué sueño o cómo le gustaría ver a su Virgen en el futuro? “Pues yo quiero que se mantenga tal y como la disfrutamos hoy y que la procesión que siga todo lo bien que va, que siga con mucha afluencia de cofrades y que eso no vaya decayendo”. María José, gracias por compartir su devoción a la Virgen de la Soledad. Muchas veces escuchamos que es un orgullo cuando se hereda de sus padres, de sus abuelos, la devoción a una imagen, pero en el caso de María José, es ella la que está haciendo que lo hereden, no sólo sus hijos, sino toda su familia, como su marido Antonio, quien también habla de la Virgen de la Soledad.