Antequera vivió en la noche del sábado 12 de abril uno de los momentos más íntimos, solemnes y en silencio que se han vivido en la reciente historia de la Semana Santa con motivo de la entronización del Señor del Rescate.
Este sábado 12 de abril poco antes de las 22 horas, se abrieron las puertas de La Trinidad donde los devotos aguardaban en la Plazuela del Señor del Rescate desde pasadas las 21 horas.
A oscuras, con una sola luz que iluminaba el rostro del Señor del Rescate, los bancos se fueron llenando, quedando la gente en pie en los laterales y al fondo.
Procesión inicial entrando por la puerta principal y lecturas de la Pasión con homilía del arcipreste Antonio Jiménez, quien profundizó en la Semana Santa y en lo que representa el Señor del Rescate en la ciudad.
Esta vez fue el piano y la voz de Verónica Cuesta, pianista y compositora que dirige el Coro de Hermanas de la Vera Cruz de Almogía, quien marcó el ritmo de la subida lenta, orante, solemne, sublime, particular y trinitaria del Señor del Rescate hasta su trono.
Emoción entre las personas con velas y las que aguardaban en los bancos. Lo que se consiguió en La Trinidad fue esperanzador, de recluirse en la intimidad, ante una imagen, la del Rescate, que nos lleva a Jesús. Sin hacer falta nada más, ni nada menos.
A falta del inicio de las procesiones oficiales, Antequera lleva dos intensos días donde la oración, el silencio y la solemnidad marcan el eje de la religiosidad popular en Antequera.