36 años trabajando, poniendo una sonrisa cuando el cliente entra por la puerta, ya se tenga un día brillante o nublado, no es nada fácil. Y eso lo hacen a la perfección en Peluquería Subires, en calle Merecillas.
José Subires Muñoz, Pepe Subires, como lo conocen en toda la calle, nos recibe con esa timidez que sabes que tiene, pero que al hablarle de su trabajo pierde rápido. No duda en hablarnos de sus compañeros de terna, del resto de peluqueros de la ciudad, a los que califica como “muy buenos profesionales, se está trabajando bien en Antequera y a mí, eso me encanta”.
Reconoce que para todos están las cosas complicadas, como en todos los trabajos, pero que hay que seguir. Para el sector de la peluquería en Antequera “la Asociación ha venido muy bien y queremos organizar algunas cosillas para tener más auge”, nos explica sobre la Asociación de Peluqueros y Barberos de Antequera y su Comarca.
Sus inicios y llegada a calle Merecillas
Cuesta imaginarse a Pepe Subires fuera de su peluquería, “iba para cura”, pero todo cambió. Como nos señala, “oficialmente comencé en 1982 a ser peluquero, pero de chico con mi padre que era aficionado, cortaba el pelo muy bien, pero no era profesional; ya entonces me gustaba todo, las herramientas, preparar las navajillas… Tras terminar la mili, en la que practicábamos todos allí; empecé a ir a Fuengirola a la peluquería de un hombre de Antequera a intentar a aprender algo; luego me fui a la peluquería de El Corte Inglés de Málaga, donde me estuve perfeccionando. Y posteriormente, me ofrecieron la peluquería del Hogar del Pensionista, donde estuve seis años, hasta que me vine aquí en el 1988”.
Muchos años al frente de un negocio que ha cambiado mucho, “los tiempos han cambiado desde el corte con navaja de antes ahora con la máquina, porque se va más a lo práctico; son modas. Tengo clientes que quiere el corte todo a navaja, otros me piden con tijera, hay de todo”.
Y con ese largo recorrido, nos confiesa que hay familias enteras que han pasado por sus manos: “Tengo dos familias con cuatro generaciones, al bisabuelo, al abuelo, al padre y al hijo; a mí eso me enorgullece”.
Todo es prueba del trabajo, de saber estar en el momento oportuno, de ser profesional y a la vez saber escuchar y cortar: “Tienes que ser muy psicólogo, saber estar para ellos. Con los años tienes clientes que son amigos y que aprecio mucho”. Una clientela fija que además sabe que para cortarse, tiene que pedir cita: “Tuve la suerte de dar las citas, que fui el pionero entonces aquí en Antequera, ya con la pandemia se estableció en las peluquerías y barberías y en casi todos se ha quedado”. Así es Pepe Subires, que igual que nos recibió, nos despide con una sonrisa.
