El Museo de Arte de la Diputación (MAD) de Antequera acoge la muestra ‘Vivir, crear, viajar’, que reúne la creación del pintor antequerano David Sancho. La exposición, de entrada gratuita, se puede visitar en las salas temporales de la planta baja del museo hasta el 25 de mayo.
Ésta se compone de 56 piezas, la mayoría acrílicos sobre lienzo y, en menor medida, collages, caracterizados por un singular estilo a caballo entre la abstracción y la figuración.
“Era algo que llevaba un tiempo esperando, el volver a exponer en Antequera, en la que es la cuarta individual que hago”, nos explica el autor, que ha tenido que aguardar desde el año 2008, cuando presentaba su obra en la Sala del Ayuntamiento. En esta ocasión, sus obras cuelgan “del mejor espacio con el que cuenta actualmente la ciudad, tanto por ubicación como por su equipamiento de espacios e iluminación”.
Tras contactar con la Diputación de Málaga, todo han sido facilidades y atenciones para poder desarrollar una “exposición muy cuidada y de la que estoy encantado”, asegura Sancho. Ha valido la pena, por tanto, esta larga espera para regresar a su tierra “con algo más completo, en un espacio grande, con catálogo…”. Por tanto, se puede hacer un recorrido a una trayectoria que cuenta ya con unas 200 exposiciones colectivas y 38 individuales desde sus inicios.
Es posible que la cercanía haga que no seamos conscientes de tener en Antequera un artista de la talla de David Sancho. “A mí me conoce muchísima gente, y me preguntaban que cuándo iba a exponer en Antequera. Siempre es un compromiso volver, pero es también una obligación el estar con tu tierra y contactar con tus paisanos”, añade para reforzar su vínculo con la ciudad que le vio nacer “y donde sigo teniendo casa y estudio, a pesar de no residir actualmente en ella”.
El color como hilo conductor de su obra
‘Vivir, crear, viajar’ incluye cinco series que, no podía ser de otro modo, “comienzan con una dedicada a Antequera, y luego pasamos a una interpretación del arte sacro”. El recorrido son ya tres series de viajes a La India, el Norte de África y “una última, que es la más extensa, que recoge una miscelánea de otros viajes e incluso dibujos de la pandemia”.
“El hilo conductor es el color, y es como un cuaderno grande de viajes en el que cuento escenas que me he encontrado cuando he estado fuera por turismo o por estar haciendo becas en el extranjero”, nos explica resaltando que “para mí pintar es vitalidad”.
Con respecto a este estudio del color, pese a ser un concepto difícil de explicar, nos señala que “es algo que descubrí al comenzar a preocuparme por las vanguardias y por el arte pop, y ahí te encuentras con colores que desde entonces no pueden faltar en mi obra”. Sus colores más recurrentes son el azul ultramar oscuro, azul cobalto, azul cian, amarillo cadmio, verde agua, blanco, rojo carmín de granza, bermellón naftol, ocre dorado y siena tostado.
“Me gusta vivir, crear y viajar. Son tres conceptos muy presentes en la exposición, y son un reflejo muy claro de lo que yo soy y de lo que hago”, añade resaltando cómo sus estancias en otros países del mundo le han dado una amplitud de miras que queda reflejada en su obra.
Ese viaje que puede realizar quien visite la exposición en el MAD partirá, irremediablemente, desde una Antequera “que está representada por varias obras, como dos de ellas de la Vega en las que el olivo está muy presente como un árbol al que yo le tengo un especial cariño. También hay una vista general de la ciudad y otra del patio de la sede de la Academia; así como un collage sobre la Semana Santa”.
Ahí enlazaríamos con el arte sacro. “Hay que tener en cuenta que cuando yo de niño empiezo a ver arte no fue en mi casa, que era humilde y en ella solo entraban los almanaques que se enmarcaban, sino en las muchísimas iglesias de Antequera”. Rememora que “yo soy del barrio de Santiago, y constantemente entraba en sus templos y me impactaban sus pinturas y todo lo que supone el barroco”. A partir de ahí “empiezo a investigar, a intentar emular desde el respeto, acercarme a ellos, reinterpretarlos… hasta llegar a algo muy mío pero que se ve que viene de los grandes maestros”.
Alejarse del barroco en una ciudad como Antequera no es algo sencillo, pero pone en valor otros elementos que le influyeron irremediablemente “como las litografías de esos almanaques o los dibujos de las cajas de mantecados; así como todos esos santos que decoraban las iglesias”. “Hoy en día hay ya muchas más opciones de arte contemporáneo”, manifiesta antes de ser preguntado sobre si su obra actual está más cerca de la figuración o de la abstracción: “Yo creo que siempre ha estado en un término medio. Hay veces que he tirado más hacia un lado o hacia al otro, pero al final siempre se ha logrado una síntesis de los dos. No me considero de ningún estilo en concreto, siempre me ha interesado buscar mi forma alejándome de las vanguardias: lo que me gusta lo tomo y lo que no lo dejo”.
A lo largo de toda la muestra se suceden también una miscelánea de obras: bodegones, flores de Holanda o algunos trípticos que, con el paso del tiempo, se podrían transformar en otras series.
Independencia para seguir tomando su camino
Esa independencia le hace seguir tomando su propio camino, “interesándome por aspectos como el paisaje y todo lo que tiene que ver con la luz y el Mediterráneo, que yo creo que está muy presente en mis cuadros”.
Así se observa en una exposición que hace un recorrido de toda su obra: “Siempre un cuadro es una biografía de su autor, porque se ve su avance o estancamiento, cómo has madurado…”. Ese recorrido le está llevando “a encontrar nuevos puntos al arte sacro, cosas que antes francamente no tenía tan claros. Esta es la línea que estoy siguiendo en la actualidad, insistiendo en escenas de Rubens, Velázquez u otros grandes maestros que yo reinterpreto a mi manera, con mi fondo, con mi forma, con mi mancha…”.
La creatividad del antequerano David Sancho no para, aunque prefiere no hablar de futuros proyectos más allá de una exposición prevista en Zamora o una beca que disfrutará este verano. “No me gusta hablar de las cosas hasta que están fijas, porque si hablas de un proyecto antes de que se asegure, al final no se hace”, bromea.
Yo que sí es seguro es que hasta el 25 de mayo se podrá visitar en el Museo de Arte de la Diputación, en la calle Diego Ponce, este ‘Vivir, crear, viajar’ al que nos invita su autor. “Me encantaría que todos los antequeranos fuesen y se lo pasaran bien”, al tiempo que espera “no defraudarles”.
Especialmente gratificantes están siendo las visitas que él mismo está haciendo con amigos, colegios, asociaciones o grupos de artistas: “Es un orgullo ver qué hay gente a la que le interesa saber qué es lo que tú ves en un cuadro”.