Volvieron a repetir. Volvieron a hacerlo. Volvió a triunfar una nueva edición del Festival de Blues de Antequera que se celebró en Santa María el viernes 28 y sábado 29 de julio.
Lleno en ambos días en este espacio que de nuevo fue el tirón de mucho público procedente de fuera de Antequera, y también para ese lugar que muy bien saben en Cambayá Records, sirve de vuelta a la tierra y encontrarse con viejos amigos. La música sonó para ellos como unión de épocas pasadas, reuniendo entorno a ella a generaciones que subían siendo adolescentes, y ya ahora, lo hacen con sus hijos para mostrar que la cuna del blues en Andalucía, se encuentra en Antequera.
Abrir el Festival nunca es fácil, pero los vascos The Allnighters lograron hacerse con los asistentes desde el primer momento. Con una gran frescura en su música, recordando viejos sonidos de los 50, la formación ofreció un directo divertido, cargado de momentos estelares y supo llevarse a la gente de calle a su terreno. Brillantes estuvieron hasta en la despedida con los músicos de cuerda en el suelo no queriendo ni marcharse de allí, puro espectáculo.
Si ellos fueron la nota más fresca, la serenidad de los años la presentaron Richard Ray Farrell y la All Star Band, con ese nombre, ya se sabía que no iba a ser nada extraño que su blues sonara a sus auténticas raíces. Farrell siempre sorprende en sus directos, porque su manera de entender la música no te deja indiferente. Con los músicos que se rodeó llegó a hacer una compilación perfecta, que más tarde que pronto, veremos en un disco…
Cierre de mucho movimiento
Mr Groovy & The Blue Heads fue mucho para el sábado del blues. Abrieron de tal forma los conciertos que casi no hay manera de que se vayan gracias a un público muy entregado con los andaluces.
Y es que el blues, soul y funky marcaron un ritmo trepidante a su actuación ayudada también por las voces de The Groovettes, el dúo formado por la siempre sorprendente Txako Jones y la frescura de Cheché Álvarez. El público en pie, tarareando cada una de sus canciones, participando y colaborando, demostró el por qué este Festival lleva 33 años en cartel.
Cerraron un plato fuerte. Ya estaba el ánimo en todo lo alto y no iba a ser fácil tras el descanso, poner a los asistentes de nuevo arriba, pero lo lograron. John Duer & The Blues Freaks mostraron un magnífico directo. Blues profundo, ronco, extremo donde el country también se asomó por algún resquicio, supieron levantar de nuevo al público nada más salir. Y a partir de ahí todo hacia arriba con una gran combinación de artistas y aficionados.
En definitiva un Festival de Blues que de nuevo sienta las bases para continuar haciendo disfrutar a todos.
