martes 16 abril 2024
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La familia Montenegro: “Hay ganas de vivir lo que no se ha vivido” por el virus

Son los Montenegro, la familia que ofrece en su negocio: golosinas y disfraces, en Carnaval y durante todo el año. Este año, además, pregonarán las fiestas a final de mes.

Todo comenzó al colocar una mesa con golosinas en un colegio y tras ver la aceptación, José Montenegro Pozo decidió promover un negocio propio, al que se sumaron sus hijos. Hoy, 50 años después de los inicios, son un referente en toda Andalucía, desde donde vienen a realizarle diferentes encargos.

La familia, siempre las familias detrás de toda actividad en la ciudad. En este caso, del Carnaval. Quedamos con José Montenegro Pozo en su establecimiento especializado de calle San Pedro, donde le acompañan tres de sus hijos: Puri, José Antonio y Yolanda Montenegro Ruiz. Ellos junto a su madre, Socorro Ruiz González, y sus otros hermanos, Juan y Rafa, son parte de una de las familias más queridas y conocidas de la ciudad.

Se acerca el Carnaval y con él volverán a ser parte de esta fiesta, donde este año además son los pregoneros. Comenzamos la entrevista con el padre, con José Montenegro Pozo, quien con 86 años sigue con la misma vitalidad que le conocemos de siempre. ¿Cómo surgió la idea de Montenegro en Antequera con las golosinas y disfraces?

“La idea mía fue por el 76, más o menos. A raíz de yo trabajar en el campo, me ofrecieron coger la fábrica de gaseosas La Yedra, ya desaparecida, que era del señor Antonio Ruz. Resulta que empezamos a poner unas golosinas en una mesa, con varios  artículos para cuando salían los niños del Colegio de la Victoria, se acercaban a la mesa y se vendían. Luego quitábamos la mesa y seguíamos nosotros con las gaseosas y el reparto de las mismas. Y claro, yo, que siempre me ha gustado y he tenido el afán desde que era muy joven de tener algo por mi cuenta y que esté en una venta al público de lo que fuera, aquello me picó el gusanillo de decir: ‘Bueno, pues pongo ya ahora en la calle Juan Casco’.

Ahí comenzó la tienda de golosinas, siempre avanzando un poquito más, con más artículos. Y en la calle Juan Casco ya nos fue bien, pensaron mi hijos ya ayudarme”. Pero ¿le ayudaban a coger los frutos secos para ellos en las golosinas para ellos o a ayudar en la tienda? “¡Las dos cosas, primero para ellos y luego…!”, sonríe el padre de los Montenegro. “Luego después ya me fui a la calle Obispo, compré un local y allí hemos estado unos pocos de años. Y de la calle Obispo hemos pasado a la calle San Pedro donde estamos ahora”. 

Es decir, las golosinas lo primero y luego los disfraces después. “Ya en la calle Juan Casco empecé con 6 ó 7 caretas. Las vi en Málaga en un establecimiento que había, que todavía existe hoy: Carrasquilla. Las vendí de momento porque estaba el Carnaval prohibido todavía y entonces la gente las compraba. Mayormente eran de viejo o vieja, cosas así, y eran completamente la cara tapada. Lo hacíamos desde Navidad, que iba yo a los vecinos, ellos eran chicos, iban conmigo, también por ahí empezaron a ellos a gustarle lo que era el disfraz”. 

El Carnaval estaba prohibido, pero se seguía celebrando entre la zona del Casino, las Peñuelas… aunque estaba prohibido. “Por eso había mucho afición al Carnaval porque Antequera, antes de la Dictadura, fue pionera. Era parecido a Cádiz. Pero claro, luego al llegar la prohibición, se celebraba como se podía. Lo prohibido casi muchas veces nos gusta más. En las Peñuelas y aquí en el Cerro, en el barrio de arriba”. 

Esta época, la Transición, y si no recordamos mal en Antequera, en torno a partir del año 84-85, cuando era alcalde el doctor Pedro Rojas y concejal de Festejos Antonio Blanco, es cuando se vuelve a organizar oficialmente el Carnaval, en la Plaza de San Sebastián fue el primer año, y fue un boom. Que por cierto, ¿recuerdan quién ganó un premio en ese primer carnaval? A lo que responde Puri: “¡Nosotros dos! Nos disfrazamos, lo clásico, pero traíamos unas caretas que eran de una marca especial, estaban súper bien conseguidas. Entonces él se vistió de viejo, yo me vestí de vieja, pero yo tenía mi niña muy pequeñita, con dos meses y medio, poco más. Íbamos los dos vestidos, con el cochecito, pero a la hora de subir al tablao, al escenario, tuve que soltar la niña y la cogió mi madre porque se creían que llevábamos un muñeco. Y ese día ganamos el primer premio. O sea, el primer Carnaval que se celebró realmente ganamos el primer premio y nos dieron una copa a cada uno y la tenemos guardada”. 

Y desde el primer año la familia Montenegro participa en el Carnaval, cada año con un Montenegro más. José Antonio expone: “Porque ya nos vamos agregando lo que es él, como cabeza de familia, nosotros los hijos, ya enganchamos a nuestros hijos, y ya nuestros nietos están participando porque es una fiesta que les gusta. A un niño, tú dile lo que tú quieras, que te dice que no; dile ‘que te voy a disfrazar’ y ¡anda que viene!”.

En los últimos años vemos que si hay niños, un éxito. Sea Carnaval, sea Halloween o sean los tronos chicos, es que todo lo que hagas con niños… “Enganchas al padre, al abuelo, al tío… a todos los llevas”, sigue el hijo.

 

https://www.youtube.com/watch?v=DHqFNjhkyAw

 

Vivir el Carnaval como una fiesta con ilusión entre todos

Si les preguntamos qué es Carnaval para ustedes, qué nos dicen: “Para mí, fiesta”, dice Puri. José Antonio amplía: “Fiesta, ilusión, volver a ser niño, ser quien tú quieres ser en tu interior, aparentar quien no eres, diversión…”. 

Le preguntamos a cada uno, empezando por Yolanda, ¿cuál es ese personaje que siempre de niños le gustaba y algún año lograron disfrazarse en algún Carnaval? “Yo, como soy la más pequeña, pues siempre me dejaba un poco de llevar por lo que más o menos ellos iban planteando. Sí que recuerdo que una vez me disfracé, pero me pusieron una careta de niña, me puse a hacer tonterías, como una niña que era, yo veía que todos se reían y era como ‘Esto… ¿qué está pasando? Si yo no estoy haciendo nada’.  Pero fue como que te pica el gusanillo, así un poco de ser realmente pues eso, simplemente divertirte, pasarlo bien, echar un rato entretenido y además acompañado también por todos, por buen rollo, que es lo importante”. 

Por su parte, Puri comparte: “Yo creo que lo que me hace más ilusión es el poder reunirnos y saber que lo pasamos muy bien, los preparativos durante y antes, lo pasamos mejor que en ese mismo momento, porque aquí montamos una fiesta cuando cerramos la tienda. ‘Tú me pintas, tú me vistes, me falta un traje, ahora este no viene, el otro no llega…’ pero al final siempre estamos todos. Incluso los que no tienen pensado vestirse, arrastramos de ellos y se convencen. La verdad es que lo pasamos muy bien”.Como si fueran los Reyes Magos, en Carnaval. Como una fiesta. En la familia Montenegro el gran día es el Carnaval.

El padre nos responde: “Sí, es un día de los grandes, se puede decir, en familia”. ¿Qué recuerda ese año que el padre de la familia se disfrazó de…? “Recuerdo la ilusión que yo tenía era el llevarlos detrás como si fueran perdigones. Como las lluecas con los pollos”.Antes que se nos pase, ¿y ese disfraz de José Antonio?: “Bueno, yo cuando fui vestido de indio. Me parece que estoy todavía haciendo el indio (sonríe) Ese año aluciné, porque llevamos hasta la choza, todos pintados y con nuestros tarritos de humo que se le pegaba fuego, y en la Plaza del Pino, ahí formamos el San Quintín y no era fuego, era humo lo que teníamos. Además que aquel año íbamos muchos indios. Me he vestido de muchos más personajes, pero ese me gustó”.

Entiendo que dependerá de la época, pero si os preguntamos ¿cuáles son los personajes o el tipo de disfraz que más han demandado a lo largo de la época? Yolanda lo tiene claro: “El clásico de siempre es Spiderman para los niños. Ese es un clásico pero totalmente. Hubo una temporada que era El Zorro, pero ahora El Zorro ha desaparecido. Pero Spiderman se lleva la palma. Nosotros llevamos vendiendo Spiderman pues desde que yo lo recuerdo. Y luego de niña, ellas siempre son mucho de las princesas; las brujas cuando llegan Halloween y demás. Lo que sí es algo que yo la verdad que me parece bastante interesante y es que cada vez hay más diversidad de disfraces, pero también son más unisex. Entonces las niñas se pueden disfrazar de un superhéroe o una superheroína y los niños se pueden disfrazar pues de chica, de lo que les guste. Nosotros le damos ese gusto y además es algo que nos satisface mucho y que ponemos a disposición de nuestros clientes porque no hay por qué catalogar a un niño o a una niña, a un adulto… que cada uno se disfrace de lo que le apetezca, de lo que quiera. Que sea lo que quiera ser, que no es problema ni eso indica nada. ¡Libre; libertad!”.

Sobre la esencia del Carnaval, insiste el padre: “Es que esta fiesta pasa eso, es una fiesta loca, de duración de unos tres días antes de empezar la Cuaresma y entonces en esos tres días pueden ser lo que ha dicho José Antonio, ser uno aquello que le apetece, el personaje que quiere, no hacer lo que quiere, si no ser lo que quiere ser y luego refiriéndonos a esto de que fue el boom, fue al principio de autorizar el Carnaval, las caretas de políticos. Eso ya ahora no. Recuerdo antes las caretas de Fidel Castro, Gadafi… en fin los políticos, de aquí, de allí, de los otros sitios. Aquello ha ido a menos y hoy ya no”.

En su negocio Montenegro, Carnaval. Pero entendemos que las fiestas en los colegios, Navidad, Halloween… es casi todo un año. A lo que Puri expone: “Sí, toda la temporada, menos en los dos meses de verano”.  Y Yolanda amplía: “Que también hay porque se hacen fiestas particulares. Todo el año. De hecho es que nosotros aunque la puerta está cerrada tenemos nuestro cartelito clásico y el que quiera va a la tienda de las golosinas y le atendemos. Cumpleaños, fiestas particulares… cualquier momento es bueno para celebrar una fiesta.. Simplemente un cumpleaños, una despedida de soltero como ha dicho mi hermano. A lo mejor tú haces una celebración de un baby shower… Es todo el año. Ya no es ‘el disfraz, en febrero’. No, el disfraz es todo el año y nosotros lo trabajamos todo el año. De hecho tenemos la tienda siempre abierta y siempre trabajándolo. Es más, si alguien nos viene en Navidad a por un traje de ángel, nosotros lo tenemos disponible. Igual que tenemos todos los trajes de Halloween también; y decoración y demás también la tenemos todo el año”.

 

 

Montenegro atrae a Antequera pueblos de toda Andalucía en busca de disfraces

Antequera, comarca y pueblos. Porque Montenegro es un referente para muchos por la cercanía, porque tienda como la de ustedes, pocas en  kilómetros próximos. ¿Desde qué pueblo más raro o más distancia de aquí vienen a por un disfraz…?  Yolanda enumera: “Nosotros hemos vestido a comparsas y a chirigotas de la parte del Salar, de la parte de Sevilla, de Granada, incluso algunos también más retirado, más pegado un poco a la zona de Cádiz y demás también nos han preguntado por artículos y alguna referencia y demás. Y ahora, a través de nuestra web y demás también van entrando y van preguntando y si algo no encuentran pues intentamos encontrarlo”…¿Y qué busca la gente? ¿No tienen ni idea y el mismo día de Carnaval a mediodía vienen a buscar un traje? ¿Hay los que seis meses antes ya os pide lo que quieren? ¿No le importa el dinero? Habrá de todo. 

Yolanda nos explica: “Hay un poco de todo. Es muy curioso, a nosotros nos sorprende, que hay veces en que las colas son muy largas, tienes que estar esperando a lo mejor un ratito; piensan que van a tener que esperar más, pero luego es menos por estar más gente atendiendo y vamos un poco más rápido. Pero nos sorprende muchas veces que llevan un rato esperando y cuando llegamos nos dice: “¿De qué me disfrazo? (sonríe) Dime de qué te quiere disfrazar, dame una idea. ¿Qué estás buscando?”.

¿Cómo veis que está ahora mismo el Carnaval en Antequera?Se destaca que haya tres agrupaciones, no sólo una como hasta hace poco. Este año de nuevo se va a intentar arrancar el carrusel, los niños… ¿Estamos empezando otra vez una época que apunta alto? Yolanda cree que sí. “Más que nada es también a consecuencia, supongo, de lo que hemos pasado estos dos años que llevamos, que hay ganas. Hay ganas de disfrutar y ganas de pasarlo bien y hay ganas de vivir lo que no se ha vivido. Y sí, es una de las mejores maneras.  Tenemos muchas ganas de pasarlo bien, de reír y de disfrutar el momento. Hay que vivir el momento presente”.

José Antonio apostilla que considera positivo los horarios “que no sea en plena noche, por el frío mayormente. Entonces, claro, si se hace a media mañana o a primera hora de la tarde no es lo mismo que hacerla a las ocho o las nueve de la noche; a esa hora el niño está cansado, que es el que sale con el padre y el primero que se tiene que ir, el padre con el niño. ¿Por qué? Porque ya no aguanta más. Entonces los horarios es muy importante y este año creo que sí”. 

 

Los Montenegro nos piden salir a la calle para formar parte de un mejor Carnaval

Para concluir, cómo no, el referente de la familia Montenegro como tal, ¿qué consejo nos da a toda la ciudad, a todos esos padres, a esos abuelos, a esos hermanos, para seguir manteniendo esta fiesta del Carnaval? Que como veo con ustedes es una fiesta arraigada en nuestra ciudad. “¡El consejo es que todo el mundo tenga ganas de divertirse!, que las cosas malas vienen solas como ahora esta época, y entonces cada día que disfrutemos, es lo que llevamos para delante. Y le aconsejo al pueblo y comarca que haya ganas de divertirse y ya está; que no nos tengan que divertir, que seamos nosotros los divertidos”. 

Recordamos esa época de la pandemia cuando una vez vimos a los Montenegro llevándote esas sonrisas de regalo a casa y hay que recordar la pandemia, cómo supisteis reinventar y buscar las cosas, y ojalá pronto, no sé si la han hecho ya, seguro que sí, pero si no que lo haga, que la gente venga y diga: “Queremos un disfraz de la familia Montenegro”. Señal de la alegría, de la diversión, de lo que son ustedes, con esa sonrisa, siempre echando una mano y ya, este año incluso, pregoneros del Carnaval. 

Antes de terminar, Puri nos pide: “Voy a hacer un apunte. Quería dar las gracias a todos, pero especialmente a mis padres, en nombre de mi hermano y mío propio, por los valores que nos han inculcado y por toda una vida de satisfacciones y de apoyo y de estar con nosotros. A nuestra clientela, porque sin ella no seríamos nada y estar a disposición de ellos para lo que necesiten, ver qué necesidades tienen y podérselas aportar. Y a nuestras trabajadoras porque sin ellas… forman un equipo especial y lo mismo, nos apoyan y nos ayudan a que abramos el negocio todas las mañanas; y toda la gente”. 

Terminamos ya en una hora de almuerzo, porque para que nos dediquen este tiempo, lo hacemos a una hora, antes de abrir el negocio, que vemos que hay que abrir, hay que seguir trabajando. Ya había gente esperando en la puerta… Es el día a día de una familia trabajadora, unida, autónoma, que junto a sus padres, sus hijos, se mantienen unidos y tienen ya más de dos generaciones siguiendo la fuerza de ilusión que José y Socorro desprenden.

 
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