domingo 19 octubre 2025
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Un franciscano de Estepa recupera el esplendor de la historia del Monasterio de San Zoilo de Antequera

Cuando la riqueza de dos tierras se unen surge lo que se vivió este sábado en la iglesia de San Francisco de Antequera. Una conferencia del fraile Joaquín Pacheco compartió con los asistentes los entresijos de los franciscanos y la riqueza oculta tras los ancestrales muros de San Zoilo.

La Cofradía de los Estudiantes fue anfitriona de las fusionadas iniciativas de las parroquias de San Pedro y Santiago. La capilla del Nazareno de la Sangre acogió en la tarde del sábado 18 de octubre una lección magistral del fraile guardián del Convento Franciscano de Estepa, Fray Joaquín Pacheco, quien dejó sin palabas a todos los que se sienten cautivados por San Francisco, San Zoilo y la historia que rodea al templo sede de la Cofradía del Lunes Santo.

Un religioso que mostró dominar la historia de los franciscanos, pero también la forma de comunicar los datos, sin caer en la pesadez ni en una ilustración llena de tecnicismos ni viajes al pasado que pudieran hacer perderse a las personas presentes. No fue un sermón, fue una conferencia iluminada por alguien que conoce de lo que habla. Por cierto, llena la capilla, un sábado y para un acto cultural y con tintes cofrades. Algo poco habitual en el extraordinario calendario que ostenta la ciudad en los últimos tiempos.

La mesa fue presidida por el hermano mayor de la cofradía estudiantil, David Artacho, y por el párroco Francisco de Paula Aurioles, quien presentó al ponente, destacando su formación como religioso y como investigador de la orden de frailes menores (OFM). Compartió la Historia de la Orden Seráfica, caminando por la vida de San Francisco de Asís y el desarrollo de la fundación de la Orden hasta llegar a los denominados Franciscanos Observantes que fundaron y habitaron el Real Monasterio de San Zoilo de Antequera desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XIX.

Tanto gustó la conferencia, que tras la amplia tarde, los asistentes pidieron preguntar para profundizar aún más en los datos que compartió el fraile. Consiguió resucitar la historia dormida de tantos siglos de los franciscanos que tanto aportaron a la zona monástica y a la ciudad. El conferenciante sabía todo detalle de altares, imágenes, capillas, incluso de las cajoneras de la sacristía, algo que levantó expectación entre las personas que tanto van, pero nunca nadie les supo explicar por qué de ese detalle, imagen o decoración.

Mucho se ha hablado de la rivalidad de los franciscanos y los dominicos en la ciudad, eclipsando lo que supuso San Zoilo y el espíritu del santo de Asís. Sólo hay que mirar hoy por los templos abiertos y pensar en la huella que hay en el templo estudiantil, en las clarisas de Belén, las franciscanas de Madre Carmen o el recuerdo de los capuchinos. Desde el sábado se valorará más la historia desconocida de los franciscanos.

Pero lo más importante, lo que significó este templo y este monasterio que fue el eje de la religiosidad de una ciudad creciente como era Antequera. Desde San Zoilo se prodigó la cultura, lo religioso y el crecimiento de un barrio que fue el epicentro de la ciudad que crecía tras bajar de la zona alta.

Una conferencia que deja el reto que este fraile pueda compartir su sabiduría en un libro, un acto que embaucó a los presentes y que deja claro que algo ordinario y normal puede llenar más que cuando los repiques y buenas maneras tapan la luna que el sábado lució en formar de palabras de un franciscano seguidor de Dios. Estepa y Antequera, unidas por dos conventos, por el corazón franciscano, más allá de los mantecados y otras historias.

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